Cuando Isis se cubre el rostro, no es
porque nosotros no lo veamos, sino porque Ella carece de rostro, pues no puede
vernos a nosotros, siendo que somos Su Rostro.
Cuando descorremos un poco el velo,
sólo podemos ver aquello que no está mirando, aquello que no estamos siendo en
ese mismo ahora. Pero la Realidad es que necesitamos separar las mitades de la
Dualidad para hacerlo.
El Rostro de Isis, está formado por
las Infinitas opciones de opuestos que pueden manifestarse en la Infinitud de
la Vida, en un Absoluto Infinito formado de Vacío, de un Ahora formado por un número
tan infinito de ahora, que a pesar de no contener tiempo en ellos, crean la
Eternidad.
¿Cómo ver Su Rostro y reconocerlo?, si
es un Rostro incompleto el que estamos mirando, porque por muy Infinito que
sea, falta ese yo que está mirando.
En el Rostro sólo podemos ver aquello
que no somos al mirar, que es precisamente todo lo que podemos ser, porque
pertenece a nuestra Naturaleza.
No hay un rostro que veamos nítidamente,
porque el Rostro de Isis, es lo que somos, nuestro Ser.
Es algo que pensamos que nunca
llegaremos a ver, a mirar, porque es sólo un Concepto inalcanzable. Algo que
algún egipcio escribió, para engañar a los demás y ser el Gran Sacerdote de
Isis.
Pero desde el primer paso que dimos en
la Creación, hemos preguntado: ¿Quién soy?, y muchos han tratado de responder a
esa angustia de no saber lo que somos. La mayoría ha tratado de pisar en esas
huellas, para no equivocarse, para no perderse, pues no vale la pena vivir
angustiados, esforzados, perdidos, para quitarle el velo a una estatua.
Pero es lo que somos lo que tratan de
explicarnos, obviamente es desde la experiencia o introspección de esas personas,
que sólo por medio de historias, de cuentos y relatos pudieron expresar lo que
habían vivido.
Descorrer el velo, significa que la
Luz, nos cegará, que no podremos ver nunca más lo que somos, que no podremos
ver la Vida, ni encontrar a Dios. No sólo perderemos la visión, sino todos los
sentidos, toda capacidad de vivir, de amar, de ser algo. Pero no por dejar de
ser algo, sino por Ser Todo. No habrá velo, ni Rostro, solamente un Yo tan
lleno de Ignorancia que no sabrá que lo es, al Ser.
No importa qué aspecto de lo que somos
mostremos, todos los demás yo, estarán esperando a manifestarse. Porque cada
uno de nosotros manifiesta un aspecto del Único Yo, al mirar el Universo vemos
nuestro Yo manifestado el que ha salido del Velo, tras Él, está la Infinitud de
rostros que manifestaremos o podemos manifestar.
Pero no es el velo de Isis, el que
impide que veamos el rostro de la sociedad con nitidez, sino el que cada uno de
nosotros viste, para no verse, porque el verdadero rostro del Yo, no es el que
se esconde, sino el que nos mira, ese Universo que vemos y que no puede vernos
nuestro rostro, por el velo que nos cubre.
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