Desde la existencia del Universo,
calculando por los años de vida de los descendientes de Adán y Eva, a la
existencia de niveles de energías, vibraciones o consciencia, en la evolución
del alma, hasta llegar al Espíritu, donde se manifestará como Absoluto, como un
Uno que no podría ser consciente de Sí Mismo.
Y es que a pesar de que hemos
desarrollado la creencia en Universos y mundos paralelos, burbuja, de cuerda,
con niveles donde el desarrollo de la consciencia, nos lleva a la unidad con la
Consciencia Universal del Espíritu, donde la manifestación puede realizarse en
mundos y tiempos diferentes, incluso, en Universos donde el tiempo no existe o que
solamente existe una polaridad, en los que la luz se mueve a velocidad
diferente a la nuestra, o que la velocidad es la velocidad de la Mente que hace
que todo pueda moverse instantáneamente o estar en varios lugares a la vez.
Tenemos diferentes dimensiones en un
mismo Universo, donde cambia nuestra percepción, al modificar la consciencia o
manifestarnos en vibraciones mucho más altas, donde existimos en niveles en los
que podemos movernos libremente por los demás, interviniendo o manifestándonos
en ellos.
Hemos olvidado que la Religión, es la
Naturaleza del propio Espíritu y no su percepción o entendimiento.
Hemos olvidado que la Vida, es un Todo
en Uno, donde no hay discriminación, percepción de existencia o tiempo,
manifestándose en un Ahora Eterno, donde el tiempo no es percibido, al no
existir el cambio en el Ahora.
Cuando hablamos, vemos, percibimos o
tomamos consciencia de algo: En la dualidad, son ahora diferentes, porque el
sonido, la vista o la mente, necesitan un tiempo para percibir el presente de
la propia existencia de lo percibido, siendo su pasado cuando es percibido.
Que cuando hablamos por conferencia
internacional, no sólo el sonido tarda un tiempo en llegar, sino que la hora es
diferente en cada lugar, llegando a ser invierno en uno y verano en otro,
siendo sin embargo un mismo ahora, para todos los que hablan o escuchan, que
será el suyo propio.
Todo ello, es posible en la dualidad,
pero no en la Religión o Filosofía del Espíritu.
El espíritu es: Uno, Absoluto,
manifestándose como SEIDAD sólo en el Ahora Eterno.
Por lo que no puede existir en Su
Realidad: Tiempo, espacio, niveles, Universos de ningún tipo, consciencia de
algo e incluso de ser.
No se trata, de no esforzarse en el
entendimiento de lo que somos en la Dualidad, cuando sus polaridades son
percibidas como realidad, tampoco en tratar de comprender cómo es su
funcionamiento en tiempo y espacio. Tampoco en no saber cómo evolucionamos en:
alma, espíritu, comprensión, consciencia.
Es el comprender que lo Absoluto, el
Uno, llamado por cualquier nombre, sólo puede ser alcanzado por la entrega, por
la ausencia de discriminación, por la aceptación de todo cuanto vamos creando
en nuestro vivir, siendo conscientes de que somos los creadores del mundo y el
nivel donde existimos en cada ahora.
Porque nuestra entrega al Todo o al
Espíritu del Absoluto, nos convertirá en Amor, donde no habrá nada que amar y
nada que ame, pues en el Amor no hay niveles, ni consciencia.
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