Sin embargo, la encriptación de los
mensajes, nos ha dejado que sólo somos capaces de entender las frases escritas,
su literalidad o apenas algunas variaciones de entendimiento del lenguaje
usado.
Todos sabemos con seguridad que un
mensaje encriptado, no tiene nada que ver con las palabras escritas, incluso en
frases coherentes y correctas, el significado del escrito tras usar la clave
para su entendimiento suele ser completamente diferente.
Hay muchas claves para descifrar las
Enseñanzas o explicaciones de lo que la Vida transmite en su Silencio:
Amaneceres, atardeceres, cataclismos, flores, constelaciones, animales,
personas, vida y muerte. Para mí hay dos importantes: Yin y Yang y que creamos
la fealdad al nombrar la belleza.
A lo largo de nuestra manifestación,
hemos traducido todo lo que nos han explicado, de manera errónea, incluso en
las cosas buenas olvidamos, esa dualidad constante y permanente, que no podemos
evitar.
Nuestras frases, nuestras filosofías,
nuestras religiones, humanidad y convivencia, aspiran a un final de: Paz, amor,
felicidad y hermandad, donde todos seamos más que iguales una sola Humanidad,
un solo Universo, una Vida Infinita, en el que todos nuestros sueños y predicciones
de Amor y Felicidad, serán la única Realidad.
Olvidamos la traducción de lo que
transmite el mensaje encriptado: No hay posibilidad de salir de la Dualidad, no
hay un Universo que pueda existir fuera de la manifestación dual, no hay un
lugar en el que exista una sola polaridad, en el que podamos tener consciencia
de existir, de ser, de nuestra individualidad.
Cuando sólo existe la Individualidad
Absoluta, llamémosle por el nombre que queramos, no podremos tener consciencia
de que exista, ni tampoco podremos saber que somos esa Individualidad Absoluta.
Dice Shakyamuni que Buda sólo puede
existir mientras exista el hombre y que el hombre sólo existirá mientras exista
Buda.
Es nuestra consciencia de percepción
de los opuestos lo que permite que veamos dos polaridades, que podamos
percibirlas y conocer lo externo a nosotros, y el que una parte nuestra pueda
conocer a otra o a su reflejo.
Le decía a una persona que vino a
terapia, que cuando tenemos urgencia de ir al baño, nadie piensa si caga con la
parte de abajo, de arriba, detrás o delante, los excrementos, la taza y nuestro
cuerpo y mente, forman una individualidad inseparable. Pero no por ello dejamos
de tener y ser lo que somos.
Pero hemos circunscrito nuestras vidas
a entender los mensajes, sólo en su aspecto soñado de: Bienestar, Amor y
Felicidad, donde sólo la perfección se manifieste.
Los mundos idílicos de la filosofía,
los cielos perfectos de las religiones, vivir manifestando nuestra humanidad en
la convivencia de nuestros sueños, son malas traducciones de lo que nos han
tratado de decir del significado de ese Silencio encriptado con el que la Vida
nos habla, esa Vida Absoluta e Infinita, no la que vemos cuando percibimos Su
manifestación.
En un Infierno donde sólo hubiese
sufrimiento, el Sufrimiento encontraría la Felicidad en sufrir.
Porque la Felicidad no es algo que
podamos sentir, ya que inexorablemente habría que crear su opuesto para poder
saber que somos felices o que no lo somos.
No hay un Cielo donde sólo podamos
encontrar lo Positivo y un Infierno donde estaría lo Negativo.
No hay un Dios con quien podamos vivir
en eterna felicidad, porque Dios es Absoluto y sólo puede existir como Dios y
manifestarse como Silencio y como Vacío, al no poder manifestarse y percibirse
por su propia Naturaleza de Absoluto.
No por ello deja de existir su
manifestación como Infinitos Universo, ni tendríamos que desaparecer, seguiría
habiendo arriba y abajo, bien y mal, pero permanecerían desconocidos y sin nombre,
al sólo existir como Absoluto, como Uno, sin que pudiese ser pronunciado su
nombre, sin poder percibir su cara, tal como decía Hermes hace miles de años,
tal como decía Lao Tse, la simple creación o percepción de algo, necesariamente
creará el nacimiento de su opuesto.
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