Incluso cuando les digo que hablo de
Conceptos de convivencia, de entendimiento de lo que hemos determinado que algo
Es, su función y su nombre, que es lo que le da Nombre como Concepto y
determina su función y responsabilidad, que debe cumplir, porque es lo que
hemos determinado que Es ese Nombre.
Nos hemos acostumbrado a mirar las
cosas individualmente y separadas, como corresponde a nuestro vivir en la
dualidad.
Hemos olvidado, que los Conceptos
pertenecen en general a uno de los Absolutos, que contemplamos como sociedad, no
como individuos separados.
Tenemos infinidad de asociaciones y escritos,
acerca de la vergüenza del hambre en el mundo, de los malos tratos al planeta,
a los animales y entre nosotros, abusos de infinidad de formas, violaciones de
todo tipo, si bien es verdad que las de genero y a niños, son las que aparecen
en las noticias y se comentan en las redes.
Tenemos guerras, dictaduras, abusos de
poder, envidias, odios, y podríamos escribir tantos libros como hay escritos, sólo
de este tema.
Yo escribo sobre Conceptos, en la
convicción de que es el camino para erradicar todo ello, para evitar que
alguien ejerza funciones contrarias a su nombre, al Concepto de ser humano, que
tenemos y decimos ser.
No se trata de lo que alguien o una
religión o filosofía, enseñan o entienden de Él, sino el por qué recibió ese Nombre,
por qué se determinó la función que debía tener para usar el Nombre, sin
usurparlo.
Cuando hablo de Dignidad, no hablo de
lo que alguien dice que es, ni lo que
enseñan los libros, sino algo que es necesario para poder llamarse: Verdad,
Amor, Humanidad, dejando atrás el Concepto de Dios, que al significar Absoluto
del Todo, trasciende el entendimiento religioso o filosófico, y estando más
cercano al Vacío del budismo, no como lo entendemos los occidentales y muchos
orientales en la actualidad, sino como lo enseña Shakyamuni.
La Dignidad, no de los demás, sino la
individual de cada yo, de cada nosotros, más que la de tú o ellos, o vosotros,
no evita los errores o las equivocaciones, nos haremos daño a veces o nos trataremos
incorrectamente.
Lo que sí hace la Dignidad es: Tratar
de comprender la verdad ajena, la equivocación ajena, y sobre todo tener la
seguridad de que podemos equivocarnos en nuestra verdad, por muy seguros que
estemos.
Si alguien hace algo, y se lo decimos,
podremos argumentar y llegar a una decisión lo más correcta con los hechos. Cuando
no nos ponemos de acuerdo, buscaremos a alguien que aporte su visión, contando
cada uno nuestra verdad, diferente y a veces opuesta, con el solo objetivo de
que prevalezca la Verdad y lo Justo.
La Dignidad, evita que abusemos o
violemos, en cualquiera de sus facetas. No nos apoderaríamos de lo que no nos
pertenece, al mismo tiempo que usamos lo que tenemos pero no somos sus
poseedores, lo que nos ayudaría a compartir, con quienes por dignidad, no
pedirían lo que no necesitan.
El mundo de los Conceptos, nos señala
la dirección correcta, donde al final del camino, encontraremos que viven nuestros
sueños: Amor, Libertad, Justicia, Paz, todos ellos Conceptos que viven en ese
mundo de los sueños de la Irrealidad, al no haber un yo, que pueda verlo o
vivirlos.
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