Me pregunto si alguien al sumar todas
las ovejas de la Tierra, que sería el resultado absoluto de las ovejas, imagina
que será un: “Borrego enorme, infinito, que da mucha lana y alimentaría el
Universo”.
Pero cuando queda un yo, tratando de
imaginar lo Absoluto como Concepto, obviamente todo será erróneo, llegando a
decir que el borrego no existe o que no es blanco, ni marrón, ni negro, ni
manchado, porque al sumar todas las ovejas, el color sería gris.
¿Cuántas ovejas habrán muerto y nacido
mientras realizamos la suma?, y es que lo Absoluto nos incluye a nosotros, ese
yo que ve, piensa, explica y niega o afirma lo Absoluto de algo, necesitando a
alguien con quien argumentar y que le interese lo que decimos para escucharnos.
Desgraciadamente en lo Absoluto, los
demás están ya incluidos, y por lo tanto el yo que creemos ser es sólo un
sueño, al que nadie puede ver, ni tan siquiera nosotros, si pudiésemos salir
del sueño de una mitad de la Dualidad.
La intelectualización de los Conceptos
sólo puede hacerla un yo que mira desde fuera, su abstracción, por un yo que
trata de mirar desde dentro, pero la Realidad de lo Absoluto como Concepto es
el Vacío.
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