No compramos azúcar porque el vecino
trabaja en la azucarera, no nos preocupa la electricidad, porque un vecino
trabaja en la compañía eléctrica y otro es electricista, no nos preocupa
nuestra pareja, porque se encarga de ello alguien del vecindario.
No nos hemos ocupado de abastecer
nuestros hogares y empresas con electricidad, colocando en cada hogar y
polígono o tejado paneles solares o buscado un sistema de autoabastecimiento,
porque las compañías eléctricas tienen que ganar dinero y ofrecerles puestos a
los expolíticos. Además, Rusia nos proporciona y vende gas y petróleo para
producirla. Aparte del petróleo y la gasolina para coches, transporte y
calefacción.
El día que convenga tener coches
eléctricos, Rusia nos proporcionará y venderá cromo y otros materiales necesarios
para las baterías y el acero inoxidable.
Además, para qué molestar a nuestros
científicos y políticos, en encontrar soluciones si Rusia nos proporciona
materias primas, carburantes, carbón, cereales, piensos y fertilizantes. Creando
además competencias con Ucrania que también nos proporciona lo que no puede
Rusia.
Hemos trasladado nuestras industrias
manufactureras a China, India, Marruecos y otros países que nos hacen los
componentes y nosotros los montamos, que sale barato, tenemos que trabajar poco
y dejamos sin trabajo a los españoles y a los europeos.
No es fácil ser autosuficiente, pero
encontrar la solución en que el vecino nos satisfaga las necesidades y a la
familia, nos pone en una posición de dependencia, que el día que le peguen a
nuestra pareja, tendremos que defender a los vecinos.
Europa se ha dormido, España no se ha
despertado, hemos dejado nuestra responsabilidad y trabajo en manos de los
vecinos, y nos hemos equivocado con Putin, antes con Hitler, con Stalin, con Lenin,
con tantos y tantos a los que estuvimos alimentando y entregándoles nuestro
dinero y responsabilidades.
Ahora tiramos de la manta para
taparnos los pies, y desgraciadamente, nos quedaremos sin suministros y
alimento para mantener a los ciudadanos y su bienestar.
Al final ahorraremos espacio, tela,
podremos llevar más viajeros e incluso nos enfriaremos menos, porque adelgazaremos
por la dieta de apretarnos el cinturón y el no poder comprar lo que queremos y
muchas veces lo que necesitamos.
Es difícil convivir, sobre todo cuando
la moneda de cambio es la Indignidad, cuando nuestra Humanidad consiste en
solucionar los problemas que hemos creado. Siendo un camino que nos lleva
siempre a crear los problemas y conflictos que tenemos que solucionar.
Obviamente solucionamos los problemas
que los demás tienen o han creado, porque yo no me equivoco o hago algo mal. Pero
seguimos en una sociedad donde el abuso no es sólo desde el poder. Los
abusadores y violadores del barrio, o de nuestra posición social, abusan y
violan de los débiles y de la buena gente, al igual que los poderes.
Si todos caminásemos, desarmados, con
seguridad y convencidos de nuestra Dignidad, los abusadores y violadores, no se
atreverían a buscar a los débiles para satisfacer su cobardía, porque enfrente
tendrían a la Humanidad.
Pero eso no significa que si alguno se
atreve a continuar con sus abusos, y encuentra un número suficiente de cobardes
que secunden o colaboren en sus abusos, todavía los débiles seriamos mayoría
aplastante, y habría que llevarlos donde no pudiesen practicar su cobardía.
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