No pretendo molestaros

Al parecer, algunas personas se sienten ofendidas porque no las agrego a mi foro. No tengo, ni pertenezco a ninguno, simplemente escribo y lo publico en abierto, para que libremente pueda ser leído o comentado por las personas que lo deseen. Suelo comentar las páginas que me lo permiten y les parezca bien, de las personas que me añaden a su foro. Suele ser lo que siento al ver lo que han publicado, intentando dar una visión diferente, desde la que ha sido escrito. Lo que os agradezco.

Si tenéis que pagar para entrar en la página, no es la original. Como digo a la derecha es Gratuita y sin publicidad.
Yui Shin

sábado, 11 de marzo de 2023

MENTE Y YO

          Son en general los enemigos, de la Espiritualidad. Los dos guardianes que nos impiden entrar en ese mundo soñado y tan esquivo. Donde la espiritualidad que practicamos, queda fuera del umbral de entrada.

          Lo que nos han explicado es que el yo nos impide entrar en el Mundo Espiritual, donde no cabe el egoísmo, ni la separación. Que la Mente nos lleva a aferrarnos a las cosas y que el deseo y la percepción errónea de la Realidad, nos confunde e impide el avance hacia el Mundo Espiritual.

          Pero es natural que si vamos a escalar una montaña, tengamos unas botas adecuadas, a pesar de que lo más cómodo que tenemos son las zapatillas de estar en casa. Que procuremos ir con un equipo adecuado y bueno, para la escalada que pretendemos, más algunas cosillas por si acaso surgen imprevistos.

          Según la época en la que escalemos, el equipo será diferente, pero incluso si vamos en verano, hay que llevar equipamiento por si por la noche o hay un cambio drástico en la montaña, que cambia las temperaturas y nos sumerge en el crudo invierno.

          De la misma manera, el equipamiento para escalar la Dualidad, debe ser el adecuado para transitar por ella.

          Si debido a las circunstancias climatológicas, decidimos quedarnos en la cafetería al pie de la montaña, enviando a las botas y equipo, para alcanzar la cumbre. Incluso si lo consiguiesen, nosotros seguiríamos estando al pie de la montaña, sin fuerzas, sin preparación o deseo de alcanzar la meta soñada.

          La flexibilidad en la equipación y la calidad del calzado, permitirán que alcancemos la meta, con el menor esfuerzo posible. Pero la cumbre tendremos que alcanzarla con todo el equipo y con las botas.

          De la misma manera, alcanzar el Mundo Espiritual, no puede ser alcanzado sin el yo o la mente. Tendremos que entrar en Él, con todo el equipamiento que nos permite existir en la Dualidad.

          Es la mente, la que ha permitido percibir y encontrar, la existencia de un Mundo Espiritual, un Dios, una Vida y un Amor, que son Absolutos. Sin estar equipados con ella, todos esos mundos soñados, no se habrían encontrado, condenándonos a existir en la Dualidad: Ambición, ira, envidia, egoísmo, confrontados con sus opuestos en lucha eterna.

          La fortaleza de la mente es necesaria, pero también su flexibilidad para adaptarse a los diferentes ahora en cada Universo. No convirtiéndola en fuerte y rígida, que llevará a su ruptura y deterioro, ante el esfuerzo necesario para realizar el sueño.

          Siendo todo Uno, sin Dualidad, se perdería la percepción de existencia, la necesidad del yo, la necesidad de hacer algo, el poder pensar, al hacerse lo que somos cualquier pensamiento instantáneamente, no habría percepción de existencia de una mente.

          Probablemente en cuanto funcionamiento nada cambie, pero para no sólo entrar en el Universo Espiritual, sino para Ser Espíritu, habrá que transmutar el yo y la mente, que portamos hasta entrar en Él. Desde esa mente que portamos, pensaremos que nos vamos a diluir en el Todo. Desde el yo percibiremos que desaparece todo lo demás, y nuestro yo se transforma en Yo.

          Es en ese momento, cuando al igual que Mirdad y otros que escribieron su llegada a ese Universo, sentiremos que caemos en un precipicio sin fondo, despertando en lo alto de la montaña, desnudos, desprovistos de yo y mente.

          Lo que quedará, no puede ser la montaña, al no existir el valle. No puede ser el Yo, al no haber demás. No puede ser la mente, al no haber quien la porte o la percepción de algo externo o interno que comparar.

          Ese estado es lo que en Budismo, Shakyamuni llamaba Vacío, probablemente la sensación que percibió, cuando entró en el mundo de la Iluminación, de la Luz, que permite percibir la Realidad, desde un Yo que no estamos acostumbrados a usar.



No hay comentarios:

Publicar un comentario