Sería un Dios o una Vida, en el
sentido de Absoluto en el que no importaría la Naturaleza que tuviesen, pues no
habría algo externo que supiese lo que era Luz, ni algo a lo que amar y pudiese
conocerse qué es el Amor.
Es cuando se manifiestan, cuando deciden
conocerse, cuando se empieza a reconocer las estrellas, las constelaciones, los
diferentes Universos y cuanto había, ocupando su Ser.
Ese reconocimiento, sólo es posible
encontrando un espejo donde mirarse, siendo el espejo de la Dualidad, el que
tiene que aparecer. La visión sólo puede aparecer manifestando el lado opuesto,
la polaridad opuesta de lo que es reflejado.
Para reconocerse el Amor, el espejo refleja
indiferencia, para la Luz, el espejo sólo da la imagen de la oscuridad. Cuando
nos miramos en el espejo, nuestro lado derecho está en el lado izquierdo de la
imagen, pero sabemos que esa imagen es irreal, que no tiene vida o entidad
propia, que es sólo nuestra imagen reflejada en el espejo.
De la misma manera, la Naturaleza de la
Vida como Absoluta, necesita un recipiente donde manifestarse, que a su vez
tiene que ser Infinito, para poder contener el Todo que tiene que ser contenido
para reconocerse.
El Amor tiene que ser contenido, en
algo que lo diferencie, que permita ser percibido, como es la indiferencia. La
Luz, tiene que ser contenida en la oscuridad. Pero lo Absoluto sólo puede ser
contenido en algo Inexistente, fruto de la Mente, sin entidad o existencia
propia, que le sería aportada por la Dualidad como reflejo de la Realidad.
No pudiendo la Vida, vivir como
Absoluta, necesitó dar Libertad y Libre Albedrío, a su Ser, lo que dio origen a
la multiplicidad y la Individualidad, que no es posible en lo Absoluto.
Dios siendo lo que Es, el Ser de sí
mismo, tampoco tiene posibilidad de percibir algo o conocer las
transformaciones de Él mismo, algo que es imposible en lo Absoluto Eterno,
carente de principio o final, donde no existe el tiempo o la capacidad de
percibir el espacio, todo él ocupado por el Ser antes de percibirse como Uno.
Como Uno, es la creación de percepción
de Sí mismo, lo que hace inevitable que reconozca las partes y nazca el
Conocimiento de Ser. No hay discriminación, ni separación, no ha nacido el bien
y el mal, ni el arriba y abajo, sólo percibirse como Ser.
Pero al nacer la Dualidad, es
necesario que ese reflejo de Sí Mismo, cobre vida, existencia y de alguna
manera una entidad, que debe ser creada, alimentada, cuidada y manifestada para
poder existir.
Algo que sólo sería posible dando
Libertad y Libre Albedrío, que sólo puede existir en Dualidad a las partes, a
las individualidades que dan existencia al Ser, a Dios o a la Vida.
La Existencia del Todo de lo Absoluto,
sólo puede percibirse desde las partes que miran en el espejo de la Dualidad,
pues un Absoluto, sólo tiene la Naturaleza de Ser lo que Es.
La Naturaleza de Amor o Luz, sólo
admite Luz y Amor, que necesitan la Dualidad para poder verse y reconocerse.
Para poder amarse o iluminarse, no podrían hacerlo sin crear la oscuridad o la
indiferencia, como reflejo sin entidad de estas Naturalezas.
Nuestra Libertad y Libre Albedrío, nos
permite crear esa imagen de la dualidad en nuestro vivir, en nuestra sociedad,
pues somos los responsables y creadores de la existencia de ese reflejo de
nuestro Ser. Los que creamos y alimentamos, la indiferencia y la oscuridad en
nuestras vidas.
Nuestra Realidad, es Ser la Vida
Absoluta, Ser y Manifestar al Uno en nuestra convivencia, sin discriminación,
yo o demás.
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