Decía San Pablo
que ser cristiano, era ser uno en Cristo.
Jesús decía que
teníamos que ser uno con el Padre al igual que lo era Él.
Pero todas las frases que nos señalan
la unidad, nos recuerdan que estamos separados de esos demás y que debemos
recordar que somos un solo cuerpo, una sola Unidad, un Universo.
Pero lo que deseamos es destruir
nuestra separación, no trascenderla o transmutarla, en lo que Es siempre: Todo,
un Todo en el que siendo libres todas sus individualidades, teniendo el Libre
Albedrío de tomar decisiones propias, toda su manifestación es para permitir el
autoconocimiento de la Vida, de la que todo es manifestación, incluso lo
muerto, la muerte o lo inerte.
No se trata de dejar de Ser, o que los
demás no sean algo separado de nosotros, se trata de ser Una Vida, que
manifiesta un Todo Absoluto. En Él las partes sólo tienen la responsabilidad de:
la armonía, paz, felicidad y correcto funcionamiento de su Ser.
Amar al prójimo es simplemente la no
percepción de que son algo diferente a nosotros, podríamos decir que es el
principio de la empatía, donde el sufrimiento, la necesidad o lo que vive el
prójimo, lo aceptamos o percibimos como propio y sin embargo, sin permitir que
pierda su libertad.
Pero es necesario que existan los
demás, porque nos recuerdan que hemos perdido la capacidad de amar, de ser una
sola Vida, de poder aprender lo que somos, al poder contemplar toda una Vida
Infinita en la que falta, la única parte que no podemos ver o percibir:
nosotros mismos.
La dualidad es necesaria para ser
libres, para poder ser los responsables de nuestro Libre Albedrío y de la
manifestación de nuestro Ser, que estamos viviendo en cada ahora de nuestra
existencia en la Dualidad.
La Dualidad al igual que el sueño, es
una existencia que siendo paralela, sólo existe en el pensamiento, en la Mente
de nuestro Ser, en su esfuerzo por conocerse, al no ser posible realizarlo como
Absoluto.
Obviamente son explicaciones,
escritos, que en un restaurante satisfarían nuestra curiosidad, nos ayudarían a
conocer lo que podríamos comer, pero al final el hambre sólo se quitaría
comiendo algo, aunque fuesen las sobras.
En la dualidad, hay unas sobras que
hay que comerse antes de olvidar lo demás, y es el esfuerzo de crear y mantener
al ego, que desaparece en cuanto dejamos de crearle o alimentarle.
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