Podría ser muda, porque lo único que
necesita es su balanza para mostrar lo que es justo. Podría carecer del sentido
del tacto, porque no se puede guiar por lo que toca con las manos sin saber lo
que es.
Pero la hemos permitido que funcione su oído, para poder engañarla con la palabrería, mintiendo en los hechos y
circunstancias y el retorcimiento de la letra de la Ley.
No nos importa, que pueda decirnos
palabras, que oculten la Verdad de lo que dice su balanza, pues las palabras
son traducidas por el Juez, amparado y basadas en lo que dicen abogados y
fiscales, sin importarle lo que dicen los hechos o las circunstancias.
Los Jueces no basan sus sentencias en
la Justicia, sino en la Ley. No están basadas y sustentadas por la balanza,
sino por las palabras y relatos que se dicen en la Sala o en los medios de
comunicación.
Al final, en las salas de justicia, no
puede permitirse la entrada a la Verdad, la Justicia o la Dignidad, porque
podrían socavar el poder y la sentencia que el Juez ha decidido emitir, desde
lo que ha escuchado, sin importar los hechos o las circunstancias, que no ha
querido ver o no han sabido explicarle.
Es por ello que inexplicablemente, se
ha expandido el bulo de que la Justicia es ciega. Si realmente fuese ciega, ¿por
qué los Jueces, las Audiencias y Tribunales?, le ponen una venda en los ojos.
Si son tan estúpidos e ignorantes,
para taparle los ojos a una ciega para que no vea, cómo pretenden ser justos, desterrando
a la Verdad, la Justicia y la Dignidad de sus salas, y retorciendo y
tergiversando la letra de la Ley.
La Justicia, sólo tiene un trabajo,
una responsabilidad, una función: SER JUSTA. Es de donde deriva su nombre
Justicia, incomprendida y abandonada, se le tapan los ojos, para justificar la
ceguera de los Jueces, que tradicionalmente han obedecido al poder, las
costumbres y la letra de las Leyes establecidas para controlar al pueblo.
La Justicia, no necesita Leyes para
establecer lo que es justo.
La Ley permitió y permite la
esclavitud, la Justicia no podría permitirla. La Ley permite y oculta o se tapa
los ojos, para no ver la corrupción, los abusos y las violaciones, que se dan
en nuestra sociedad por poderosos y el pueblo, porque ninguno estamos realmente
dentro de la Justicia y a su servicio, que haría innecesarios los castigos y
tener que ser obligados por las leyes a respetar a los demás y a nosotros
mismos.
La Justicia, no necesita ver con los
ojos, porque tiene que ver con su corazón, lo que hace que no haya barreras que
le impidan ver la Verdad, no hay suficientes vendas, no importa si le queman
los ojos, la Justicia no deja de ver la Verdad.
La Verdad no está sólo en los hechos,
hay que equilibrarlos con las circunstancias, no es igual robar para
enriquecerse, que porque se está muriendo de hambre. Obviamente si respetásemos
la Justicia, no tendríamos que robar, porque tendríamos lo que fuese justo, por
nuestras responsabilidades y hechos o actividad.
Ser Justos, necesita tener y vivir con
Dignidad, que nos lleva a respetar y reconocer, lo que merecemos y si no lo
vemos, aceptar y mirar si la verdad está en lo que nos explican o lo que
creemos.
Cuando estas circunstancias se dan, la
Justicia vuela en el aíre, está en cualquier lugar, haciendo innecesario que un
Juez diga que preside o gobierna una Sala de Justicia, donde lo justo es lo que
él determine. Lo que hace innecesario que la Verdad, la Dignidad o la Justicia,
entren en la Sala.
Taparle los ojos, no impide que vea,
sólo le empañan las lágrimas, al ver y oír, lo que hacemos en Su Nombre.
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