Más recientemente, los niños
aprendían, en la calle con los amigos, haciendo gamberradas, en el colegio y no
escuchando a los padres.
En nuestra sociedad, los niños
aprenden de Internet, de lo que dicen las noticias, y de lo que ven que es
necesario para hacer lo que se quiere.
El resultado: antes eran ignorantes y
obedientes, se hicieron irresponsables y poco atentos y ahora han descubierto
que para cualquier situación, lo mejor es abusar de los débiles o crear un
grupo que atemorice a las víctimas.
Se ha dejado de hacer gamberradas de niño,
pelear para conseguir que otro hiciese algo que no quería, para escuchar en las
noticias: Niños que asesinan a otros con un arma, grupos de niños que se
dedican a abusar y violar a los más débiles, delincuencia infantil, y
exigencias de derechos, sin que se equilibre con responsabilidades.
Los niños, no tienen responsabilidad
de aprender a convivir, no tienen responsabilidad o pueden ser imputados por
acciones que los niños de antes, nunca se les ocurriría ni pensar.
Por lo que se ha constituido un nuevo
Poder, aparte del económico, de gobierno, de fuerza, de posición y tantos y
tantos poderes dedicados a abusar y violar al débil: El poder infantil.
Por supuesto y como dice el Yin y el
Yang, siempre hay dos mitades opuestas, pero es preocupante, la manifestación
diaria de la que vemos en las noticias.
Hay que enseñar y dar ejemplo a esos
niños, educarles en la convivencia, enseñarles que no somos nada sin los demás.
Hay que recordar que son las ramas débiles las que soportan las inclemencias y
permiten que el árbol continue vivo.
Es la fuerza del tronco, las ramas
gordas y fuertes, las que dan estructura, pero es lo que no se ve lo que
alimenta y permite vivir, que es la parte débil la que florece y da frutos.
Creer que somos más fuertes por el
cuerpo, la mente o nuestra carencia de humanidad, sólo es el camino para que
nunca pueda nacer la Humanidad, la convivencia en la felicidad, la Dignidad
social y sobre todo el amor.
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