Que cualquier todo, es como es por las
partes que lo integran. Cualquier cambio en una de las partes, significa un
cambio en la totalidad del todo. Cualquier cambio del todo, significa que todas
sus partes han cambiado.
La observación o percepción de esta
circunstancia, originó la Impermanencia, que menciona Shakyamuni, como
Naturaleza de toda individualidad.
Cualquier todo es perceptible y
nacido, menos el Uno. El Uno, al no tener partes externas o pertenecientes a
otro todo, no puede ser observado. Tampoco puede ser percibido en su totalidad
por una o varias de sus partes, pues no pueden observarse a sí mismas como
Todo.
Por lo que ese Todo, no puede percibir
el número secreto, desconocido y que no puede nacer que es el Uno.
El truco para el autoconocimiento es
que las partes se separen en mitades, por lo que pueden observar y conocer a la
totalidad de la otra mitad. Pero sin poder conocer al Uno, si no es por la suma
de las observaciones de ambas mitades, que haría imposible que hubiese
conocimiento de la totalidad del Uno, pues no quedaría una individualidad que
conservase el recuerdo de lo que son los demás, al faltar él mismo en la
totalidad.
Obviamente son elucubraciones, de lo
que seríamos cuando estemos integrados todos los todo, en uno solo, en un
Absoluto llamado Dios, por la parte que permanece fuera que rompe el Absoluto y
la Dualidad, al incorporar el conocimiento de existencia propia y de un
Absoluto incompleto, que daría nacimiento a la Trinidad.
Cualquier todo, está formado por un
número infinito de partes. No importa que descubramos individualidades muy
pequeñas, el número de partes siempre será Infinito.
Un todo, no puede conocerse a sí
mismo, por lo que tiene que recurrir al espejo de mirarse en los demás todo. Y por
el conocimiento de lo externo, llegar por abstracción a imaginar lo que él es.
Pero cualquier todo, se integra como
parte en otro todo, hasta llegar al que no puede llegar a nacer o ser conocido:
El Uno o Absoluto Todo.
Nada puede quedar fuera de un todo, en
un barrio, son: Sus calles, su basura, sus animales, sus arbustos, hierbas y
árboles, sus gentes de todas clases, sus edificios buenos y malos, no podemos
excluir una sola parte, sin que el barrio cambie, sea diferente, que no
significa que sea otro o que algo haya cambiado realmente.
Todo es lo que es, en un ahora, que
carece de tiempo o es toda la Eternidad. Es lo que no podemos conocer, porque
significa que es el Uno de cualquier Todo o Parte, lo que Es en un ahora, su
Ser.
Al no poderse autoconocer el Todo,
pues carece de yo o entidad que pueda autoinvestigarse como Totalidad, tiene
que recurrir a que las partes conozcan a las otras partes, a que por medio de la
Dualidad, una mitad conozca a la otra.
Obviamente ningún conocimiento alcanza
a conocer al Ser del Todo o de una Parte, que en sí misma es un Todo. Porque la
cualidad de Todo, no está en la entidad de lo que algo es, sino en su
Naturaleza.
Nosotros buscamos la lógica, el
conocimiento que puede ser explicado por la mente, pero las partes no pueden
separarse realmente, pues nunca dejan de ser el Todo en el que están
integradas.
Cuando una pieza se estropea, es
sustituida por otra, nada cambia en el funcionamiento y existencia del Todo,
nada cambia en las partes que lo componen, a pesar de la nueva pieza, porque
simplemente, es consecuencia de la Impermanencia, el que sin poder cambiar, el
Todo sea diferente en cada ahora que pueda ser contemplado por la otra mitad o
por un todo diferente.
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