Para conocer algo, tenemos que
percibirlo, compararlo, analizarlo y determinar según nuestro entender lo que
consideramos que es.
Si miramos en la filosofía o en la
ciencia, vemos que lo que determinamos que algo es, va siendo modificado según
aprendemos a observar o simplemente somos capaces de percibir nuevas
manifestaciones de la Vida.
La conclusión cuando no queremos
equivocarnos, o entrar en demasiadas explicaciones, es: Cada cosa es lo que es.
Es una perogrullada, pero es quizás lo más cerca que podemos llegar de saber lo
que algo es en su realidad, no en la que nosotros percibimos o determinamos
científicamente.
Obviamente, lo que algo es, tiene que
estar determinado por lo que no es. No podemos olvidar, que incluso el conocer
que es lo que es, conlleva una mente que analiza las diferentes opciones, por
lo que recurre a reconocer su desconocimiento, para explicar lo que algo es.
Se crea una dualidad que sólo es rellenable con la inclusión de alguna manera, de que lo que determina ese hecho, que es lo que no es.
Aquí entra lo del Todo, lo Infinito o
lo Absoluto. Obviamente si hay algo que ve, percibe o conoce algo, es que este
algo no es Todo.
Un dicho Zen nos recuerda que si vemos
o nos encontramos con Buda, debemos matarle, porque es un sueño, una ilusión
algo que nos está engañando. Que es lo que realmente debemos matar: La
Ignorancia.
Cuando hablamos de Dios, le damos un
nombre, una familia, un reino, un poder y todo lo que consideramos que debe
tener alguien tan poderoso, que ha creado el Universo y lo controla.
Olvidamos que Dios en su Concepto, se
define como Todo. No funciona viajando por el Universo, controlando cómo viven
sus partes o cómo se tienen que agrupar las constelaciones.
Siendo Todo, nosotros somos parte de
su Naturaleza, con la rémora de ser Libres y poder actuar con Libre Albedrío. Esa
es la máxima dificultad para entender a Dios: ¿Como puede nuestro creador, no
controlar nuestras vidas?, ¿Cómo si tiene tanto poder, nos permite ser como
somos?, ¿Por qué no destruye a cuantos no cumplen con su Naturaleza?
Quizás por eso, nuestra explicación
más simple fue que: Dios es Amor.
No puede controlarnos o decidir por
nosotros, nos ha dado la Libertad que nace del Amor. Somos los responsables de
la sociedad, la vida y la manifestación de lo que la Tierra es.
Porque algo que es Todo, no puede
dedicarse a observar o controlar las partes, pues en el Amor, siempre se es
Todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario