Algo que nos llevará a nuevas
reclamaciones, peticiones de leyes y castigos a los hombres, así como una mayor
protección de la mujer, concediéndole más derechos y aumentando los castigos a
los hombres. Por supuesto, a los maltratadores o a los que sean denunciados
como tales, pues hay veces que no es fácil tirar la primera piedra.
Cuando vienen a tratamiento personas
con lumbalgias, ciáticas o problemas de espalda y les digo algunas veces, que
su problema es porque tiene el gemelo corto o que comen muy deprisa, suelen
mirarme como a un extraterrestre, pues dicen que qué tiene una cosa que ver con
la otra.
Y es que cuando sale una tensión, no
nace en ese momento, sino que se va acumulando durante nuestra vida y nuestra
forma y actitud al vivir. Incluso algunos accidentes y sus consecuencias son
debidos a tensiones acumuladas. Una cuerda muy tensa, no necesita ser tocada
para que se rompa, es suficiente con una vibración. Un músculo o algo en
nuestras emociones o mente, no es diferente.
Si creamos la tensión, no importa
cuántas veces nos la quiten, pues volveremos a crearla, hasta el momento en el
que cambiemos nosotros. Por lo que la solución a esas tensiones, a la solución
del conflicto, hay que encontrarla en su origen, no en su eliminación o hacerle
invisible o indetectable por anulación de su forma de transmisión a nuestra
conciencia.
El Universo tiene sus energías
femeninas, diferenciadas y con diferentes aplicaciones que las masculinas, pero
no las separa o discrimina, las usa y aplica correctamente en cada ahora.
El Big Bang, sería la energía
masculina, al igual que la eyaculación y podríamos decir que el orgasmo, una
energía grande, de corta duración que repercute y existe en la Eternidad.
Pero la que permite la creación del
Universo, la del feto, es la femenina, que necesita ser mantenida en el tiempo
y que obviamente también es Eterna.
Pero por esas cosas del Yin y del
Yang, no es porque exista algo masculino y algo femenino en el Universo. El Universo
no sabe lo que es femenino o masculino, sólo aplica lo correcto en cada
situación.
Nosotros separamos lo femenino para la
mujer y lo masculino para el hombre, que fue el comienzo de la tensión.
Posteriormente y durante nuestra
existencia hemos ido eliminando la Verdad, que nos hace daño y preferimos ser
engañados, con palabras y gestos que nos hagan sentir bien.
Perdimos también la Dignidad, dejamos
de respetarnos. Pasamos a respetar: lo que tememos, al poder, al fuerte, a
quien creemos que puede controlar nuestra vida, no habiendo ningún poder o
gobierno que pueda existir sin el pueblo, al igual que el Universo sabe, que no
existiría sin lo masculino y lo femenino, y respeta por igual ambas energías,
no las discrimina y ni tan siquiera las diferencia y las incluye como dualidad.
Con ello comenzamos a huir de nuestra
responsabilidad, algo que sólo es posible renunciando a la Libertad. Decidimos
trasladar nuestra responsabilidad al poder, al fuerte, a los demás, a Dios.
Y no hay mejor forma de controlar a un
pueblo, que la renuncia a su responsabilidad, que anula su Dignidad, que le
lleva a la frustración y pérdida de autoestima, que se suele satisfacer con la
violencia, con el abuso y violación del débil.
Miramos nuestra sociedad: Abusos,
violencia, violaciones de todo tipo. Resultado de las tensiones creadas por: La
renuncia a la responsabilidad y la Dignidad, que nos hace renunciar a lo
irrenunciable: Nosotros mismos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario