Cambiamos la calefacción, los coches, la
forma de transporte, las bolsas de la compra, y cuanto nos dicen. La Tierra no
sólo sigue calentándose, sino que la hemos convertido en un estercolero, donde
aguas, tierra y aíre están contaminados, sobre todo para mantener nuestra
salud, que es lo que nos importa y donde no pueden vivir muchas especies
animales, muchas aves y muchas plantas, que serían las que nos ayudarían a
mantener un equilibrio mejor que el que hemos creado.
Las especies salvajes desaparecen, las
domesticas aumentan su población, no sólo en los hogares, sino que se crean
colonias donde los animales pasan necesidades, sufren y transmiten
enfermedades. Donde unos ciudadanos los maltratan y otros los cuidan, donde
unos los abandonan y otros tratan de encontrarles un hogar.
Pero seguimos con el aumento de la
delincuencia, que es justificada por el paro, que obviamente seguirá
aumentando. Algo que combatimos con una menor natalidad, pues la economía y la
población de la Tierra, no nos permite tener más hijos. Pero el otro factor es
el del egoísmo que nos lleva a querer disfrutar más de nuestras vidas, usando
el dinero y el tiempo para nosotros mismos.
Nuestros derechos nos llevan a que si
no nos viene bien ser padres, podamos abortar barato y legalmente, algo que nos
dice que viviremos mejor unos años. Pero la vida es cruel, y no nos avisa de
que antes que no se pagaban pensiones o eran bajas y sólo la cobraba el padre,
tenían un mínimo de tres o cuatro hijos para pagarlas, en nuestros días, padres
y madres cobran pensiones que deben ser suficientes para vivir holgadamente
separados y que se acercan al salario que cobran sus hijos jóvenes.
Las posibilidades de trabajo
disminuyen, los salarios de los jóvenes son precarios, y el aumento del número
de pensionistas aumenta, muchos de los cuales, no tienen hijos que paguen sus
pensiones.
Tenemos un problema y preocupación con
el calentamiento de la Tierra, pero obviamente si fuese inteligente, nos
eliminaría de su población, para que las plantas pudiesen crecer de nuevo, para
que sus aguas, su aíre y tierra se limpiasen, para que pudiese haber animales
en libertad y dejasen de arder sus bosques y nuestras edificaciones.
Tememos el calentamiento inevitable, y
le ayudamos con nuestra intervención destruyendo la viabilidad de existencia en
la Tierra.
Viendo todo lo que hemos contaminado y
destruido en la Tierra, sólo queda preguntarse: si habrán desaparecido ya las
neuronas.
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