Lo bueno del ahora, es que:
No nos movemos, pero llegamos a todas
partes.
No trabajamos, ni cocinamos, pero
comemos y compramos lo que necesitamos.
No hay algo que suceda, pero nuestro
envejecimiento, nos recuerda la impermanencia.
Todo es Impermanente, pero la
impermanencia no lo es.
El ahora, carece de tiempo, de
posibilidad de crear algo nuevo, en cambio hay un Universo que cambia de un
ahora a otro.
Es esa Impermanencia del ahora, lo que
al haber nuevos ahora, crea el tiempo.
Pero ese Ahora, sigue siendo la
Eternidad, donde no hay cambio, pues nada deja de ser lo que es, en la
Eternidad.
En el ahora, no existe el yo. Pero no
debemos olvidar, levantarnos, desayunar, ir a trabajar y cumplir con cada una
de nuestras responsabilidades, porque sin esa responsabilidad, no puede existir
el ahora.
Aprender a diferenciar el ahora del
Ahora, es importante, porque lo que somos, es lo que creamos al caminar con
ambos como pies.
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