Mientras convivimos siendo Uno, donde
todo era parte del Universo de nuestra existencia, estuvimos viviendo en el
cielo, armonizando los problemas y caminando todos unidos como un solo cuerpo.
Es cuando comenzamos a percibir y ser
conscientes de nuestra individualidad y la separamos de todo lo demás, cuando
comenzamos a confundir nuestras lenguas, independientemente de hablar el mismo
idioma o no.
Confucio nos dijo que para un nombre
hay una función que se corresponde, o lo que es lo mismo que las palabras
tienen un significado al ser pronunciadas. Pero el entendimiento individual,
hace que ese significado sea diferente para cada individualidad, lo que hace,
que incluso con las mismas palabras tengamos entendimientos diferentes,
parecidos e incluso opuestos, por lo que finalmente los nombres y sus funciones,
no son entendidos en ellos mismos, sino desde nuestro entendimiento.
Es la diferencia que hay entre un
Concepto y un nombre. El Concepto admite todos los entendimientos, equivocados
y correctos, para determinar el significado de un nombre o palabra, su
entendimiento nos llevaría a percibir la realidad de lo que vive, y nos
acercaría a ese cielo, no por la desaparición del Yin, en la que creen todos
los creadores de cielos, sino por su armonización con el Yang, que retornarían
a ser Uno, inseparables y dependientes el uno del otro.
No puede existir un Yin, sin que tenga
su otra mitad Yang. Cuando se unen el agua y la tierra, surge el barro,
independientemente de que nada ha cambiado, habiendo la misma cantidad de agua
y de tierra, sólo hay un nombre de barro para ella.
La confusión de las palabras, nos ha
llevado a crear diferentes filosofías y creencias confrontadas, para hablar de
lo mismo. Hay quien encuentra explicaciones diferentes, hay quien cree defender
o afirmar las explicaciones de alguien, pero realmente todas las creencias son
diferentes, incluso usando las mismas palabras, esa es la Babel que hemos
creado, al no escuchar y unir todas las creencias en Una, para lo que
tendríamos que usar una lógica para establecer la nuestra, que sería modificada
por las experiencias y el entendimiento de lo que creen los demás.
El Yin Vacío, tiene existencia,
incluso si realizamos el vacío en algo extrayendo el aire y cuanto conocemos
de ese espacio, finalmente estaría lleno de vacío.
Porque el Yin no puede existir, sin
estar lleno de algo, aunque sea de sí mismo. La expresión existir significa ser
algo, incluso un Vacío donde no habiendo nada, diríamos que es Nada, porque
nuestro Concepto de vacío significa eso: No haber algo en él.
El mismo problema que encontramos,
cuando llamamos a una puerta y no nos abren. Nuestra percepción es que no hay
alguien allí, no siendo conscientes de que si hemos llamado a la puerta, es
porque había alguien: Nosotros.
O cuando no entramos en un bar o comercio,
porque está vacío, sin ser conscientes de que están los camareros o
dependientes y que si entramos dejará de estar vacío.
Y es que levantamos una torre de
separación, que hemos construido con el entendimiento de las palabras,
alejándonos del cielo, que no se ha separado de la tierra, un espacio lleno de
palabras que no somos capaces de dar vida y encontrar el Concepto, que sin olvidar
la tierra, nos permita vivir en el cielo.
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