Le dije a Dios, lo agradecido que Le estaba.
Sorprendido, preguntó el por qué
entonces, no Le dejaba vivir en mi corazón.
Le dije a la Vida, lo agradecido que Le estaba.
Sin mirarme siquiera, me preguntó que
por qué no dejaba vivir a lo demás, por qué no vivía con Amor. Porque gratitud
es el respeto y aceptación de nosotros y el resto del Universo.
Que vivir no es quejarnos de la Vida,
de lo que Es ahora, soñando con lo que deseamos, insatisfechos con lo que
tenemos.
Tras reflexionar un tiempo, les
pregunté: ¿Cómo puedo dejar que viváis en mi corazón, que el respeto y la
aceptación inunden mi ser?
Olvídate de todo, inunda de Amor tu
vivir, respondieron con una sola voz.
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