La dificultad de amarnos a nosotros mismos, es que una parte o mitad, tiene que amar a la otra.
Algo
que sucede siempre, unas células que se aman a sí mismas, tienen que amarse
unas partes o mitad a la otra.
Por
eso amarnos a nosotros mismos, necesita que todas las partes amen a las demás.
Algo
que nos recuerda que no hay prójimo al que amar, sino a todas las
individualidades de la Vida que somos.
Es
curioso, que no podamos realmente amarnos a nosotros mismos, pero para que nazca
el Amor, tenemos que amar todo lo demás, que es lo que permite que nos amemos a
nosotros mismos, sin poder amarnos.
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