El desequilibrio aparente, lo
percibimos cuando tratamos de equilibrar nuestros derechos y libertad, con las
responsabilidades y obligaciones de los demás.
Cuando hablamos del amor, o de la
relación de pareja, en general lo equilibramos con lo que tiene que hacer, las
responsabilidades, respeto y fidelidad que nos debe la otra persona, mientras
nosotros deseemos que continúe con nosotros.
Porque en nuestro platillo, está
nuestro derecho a no seguir con alguien que no deseamos, a tener libertad
cuando no estamos con ella y no estar atados a esa persona, porque somos
libres.
Eso conlleva, que cualquier pareja es, la convivencia o compromiso de dos personas, que pueden separarse al ser dos
individualidades diferentes, a pesar de ser: "Una, pareja”.
Nuestras manifestaciones de
infidelidades, traiciones, abusos y violación de nuestro compromiso, llenan
bibliotecas y años de relatos en nuestras vidas. Siempre referidos a la otra
mitad, que no ha cumplido con su responsabilidad y compromiso.
Siendo muestra de nuestros derechos y
libertad, el que podamos deshacer la pareja cuando deseemos.
Esa forma de ver el amor de pareja,
nos lleva a violaciones, asesinatos y depravaciones. Sobre todo, si además
pensamos que el amor es la satisfacción de nuestros deseos, necesidades y
fantasías.
Siendo
el resultado de esta forma de entender la pareja, lo que nos proporciona la
sociedad en la que vivimos, la convivencia que tenemos y el que hayamos
olvidado lo que decimos que debe ser un ser humano.
Todo
ello es simplemente el equilibrio de nuestro entendimiento, acciones, el no
actuar, y lo que hemos creado durante todo nuestro pasado.
Por
lo que la sociedad y convivencia que tenemos, sólo es consecuencia de nuestro
entendimiento de lo que significa y cómo debe ser la relación de pareja:
Estado-pueblo, empresario-trabajador, rico-pobre, abundancia-pobreza,
responsabilidad-libertad, y todo aquello que son el Yin y el Yang, en cualquier
situación, relación o convivencia.
La
pareja, que queremos mantener mientras nos conviene o deseamos, la fidelidad de
la otra mitad, la responsabilidad y obligaciones de una mitad equilibrada con
la libertad y derechos de la otra mitad, nos ha traído a la convivencia y
relación que tenemos en nuestra sociedad.
Hemos
olvidado que amar, significa respeto y aceptación, que ambas mitades tenemos
derechos y obligaciones, responsabilidad y libertad, no como individualidades
separadas, sino como mitades de una misma individualidad llamada pareja.
A
veces nos complicamos tratando de encontrar explicaciones a la dualidad, y es simplemente
que Una Pareja tiene dos mitades, que por amor y respeto funcionan como Una.
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