Nuestra despreocupación, falta de
responsabilidad y tener suficiente con el significado que tenemos que entender
en las palabras, nos proporciona el conocimiento que nos ha sido enseñado por
profesores o el entendimiento de lo que hemos observado en los maestros.
Lo que olvidamos con ambas actitudes,
de irresponsabilidad en nuestro vivir de una mayoría, es que el Maestro con
mayúscula sólo puede ser creado por el discípulo. Que un gran discípulo
convertiría en Maestro al burro que le lleva de un lugar a otro, para no tener
que caminar.
Cuando leí que un Maestro Zen, le
cortaba el dedo a un discípulo por imitarle, o que otro casi mata a otro
discípulo por preguntarle por lo más sagrado del budismo: Por la Naturaleza de
Buda y tantas barbaridades como se escriben el los libros y koan Zen.
Cuando mi Maestro, me ignoraba o me
daba respuestas cortas, mientras a otros les sonreía y les daba largas
explicaciones. Cuando me sentía discriminado por su actitud, simplemente
mostraba que el burro era mejor discípulo que yo.
Sin saber por qué, la primera vez que
leí la entrevista de Rinzai con su Maestro Obaku, comencé a reír y llorar, sin
un motivo, sin saber la razón. Algo que sobrepasaba mi entendimiento
occidental, mis costumbres y creencias. Me produjo una serie de emociones, que
por mucho que sean explicadas, es difícil razonar.
La misma dificultad que tenemos al
explicar lo que vivimos, al comer algo con hambre o beber un vaso de agua con
sed. Son cosas que por más que nos lo tratemos de explicar, siguen sin
explicación.
Pasados los años, recordaba que una
gata que tenían mis abuelos cuando yo era niño, permitía a todas sus crías
jugar y correr libremente por la casa. Pero en dos ocasiones que una de las
crías se cayó en el brasero, la llevaba a todas partes, le daba de comer y no
la dejaba sola ni un momento.
También muchas veces he recordado la
historia de la leona que incansablemente, empujaba una y otra vez al fondo del
foso a sus crías, hasta que finalmente todas se quedaron jugando en el fondo,
menos una que finalmente fue sacada del foso por la madre.
O cuando me han abierto la cabeza o me
han golpeado, por preguntar algo, y siempre entendí que era simplemente la
respuesta a la pregunta, la entendiese o no, era la respuesta que yo tenía que
entender. Porque era la respuesta que un ignorante me había dado, para que yo
le convirtiese en Maestro.
Hemos aprendido de: maestros,
filósofos, científicos, profesionales, profesores, y nuestra sociedad se
convierte en rebaños, dirigidos y explotados por pastores, controlados por los
perros, e incapaces de tener la Dignidad y la Responsabilidad de convertir en
Humanidad a la Sociedad, sin alcanzar el Respeto por todo, incluido nosotros en
nuestro vivir y convivencia.
Porque la Vida no será nunca nuestro
Maestro, no será nunca Humanidad, si nosotros no somos discípulos.
La Vida manifiesta con nuestras
guerras, irresponsabilidades, borreguismo, y que hagamos y vivamos lo que nos
dice un pastor que encuentra su beneficio en controlar y manejar el rebaño,
solamente lo que hemos creado: Ignorancia.
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