Nosotros las catalogamos de muchas
maneras: Curiosas, escasas, abundantes, extrañas, grandes, pequeñas, y así
podríamos llenar diccionarios con palabras que traten de explicar lo que son
estas Individualidades.
Pero en el Universo hay una palabra
que las define a todas: Son Únicas.
Todas separadas, individuales y sin
embargo todas ellas en su totalidad: Interdependientes, no podremos nunca
definir una Individualidad en su totalidad, si no la referenciamos con todas
las demás. Si no vemos la relación con la Gran Individualidad del Uno.
Pero el Universo, conserva esta
interdependencia y cada una desde su Individualidad, contribuye a la
manifestación del Uno, estando esta responsabilidad no por encima, pero sí
vinculada con la individual. No se puede ejercer una responsabilidad que no
esté al servicio del Uno.
Es quizás, esta responsabilidad de
servicio, el origen de nuestro espíritu gregario, que debería nacer en nuestra
responsabilidad individual y no en la del rebaño, guiado por un pastor que nos
dice que somos diferentes, mejores, más importantes o agua y aceite con otros
grupos o individualidades.
La paz y la armonía, nacen de la
Dignidad. Y esta del Amor.
Algo que nos lleva a reaccionar como
el Universo, aceptando que somos únicos, no llegamos a ser diferentes, mejores
o peores, pues al ser únicos, no podemos compararnos con algo, porque sería
faltarnos al respeto a nosotros mismos, perdiendo por tanto el amarnos e
impidiendo que nazca la Dignidad en nosotros.
Conservar, respetar, trabajar y poder
unir esa capacidad única de ser lo que somos, con el resto del puzle, es lo que
crea y protege, una sociedad que tiene la armonía de las notas diferentes, que
tiene la paz de quien carece de envidia o ambición, por ser algo diferente a lo
que es. Pues como Universo, como Individualidad y Ser Humano, sabe que es
imposible.
Cuando en nuestra Naturaleza de ser
una Individualidad Única del Uno, pretendemos formar un rebaño, que guiado por
un pastor nos convierta en diferentes al resto. Hemos sembrado la semilla de la
discordia, de la guerra, de la envidia, de la ambición, por ser algo que no
somos, ni seremos nunca: Algo diferente a cualquier otra Individualidad, porque
no podemos perder a pesar de nuestra Ignorancia, el seguir siendo Únicos.
Algo que nos debería llevar a preguntarnos,
cómo hemos llegado a aceptar ser los palmeros o borregos de quienes sólo buscan
beneficiarse con nuestra carne y nuestra lana y para los que sólo somos
mercancía y el camino de alcanzar poder sobre nosotros.
El Ser Humano, es gregario, como
cualquier Individualidad del Universo: Único en su Individualidad y parte
interdependiente, responsable de su Libertad y de la armonía con el resto de
Individualidades del Uno, del Universo.
Cuando somos borregos independientes,
unidos por un pastor, lo primero que debemos de renunciar es a nuestra
libertad.
No es la diferencia de pensamiento u
opinión lo que nos separa, sino la falta de respeto que nos da la Indignidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario