No pretendo molestaros

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Yui Shin

domingo, 4 de febrero de 2024

SOLEDAD

           Es difícil definir lo que verdaderamente es la soledad. Todos sabemos que es cuando deseamos estar con alguien y no lo hay. O cuando queremos estar con alguien, porque no podemos estar con nosotros mismos.

          Pero a veces todos estamos en soledad, que no solos, simplemente porque hay mucha gente en la Tierra.

          En el momento en que culpamos a los demás, de nuestra vida, de nuestras necesidades o frustraciones, de que no son capaces de crear la sociedad en la que nos gustaría vivir, de que no podemos fiarnos de casi nadie, y a veces sin el casi.

          En el momento en que miramos a los demás, como los que están frente a nosotros. Aquellos que no nos permiten vivir en paz, ni encontrar la manera de ser felices. Desde que son los culpables y responsables de nuestro vivir, hemos comprado casi todas las papeletas para sentir soledad.

          Algo que nos llevará a vender nuestra alma, para tener compañía que nos permita creer que no estamos solos, con la persona que no aguantamos: Nosotros mismos.

          Cuando se aprende a estar con uno mismo, cuando nos amamos y respetamos, difícilmente nos sentiremos solos. Seremos los responsables de nuestra vida y los demás de la suya.

          Es entonces cuando realmente podemos estar con cualquiera, la otra persona será libre de ser como es, pero porque nosotros no renunciamos a ser como somos. No por egoísmo, sino por amor.

          A veces algunas personas que me conocen, me preguntan cómo puedo estar solo tanto tiempo, cómo es que aguanto sin hablar, porque a veces con algunas personas, no callamos en horas.

          He podido estar hasta un mes sin hablar, con unas 30 personas en un espacio no muy grande, pero durante siete años, he sido el único habitante del pueblo donde vivo, al menos 6 meses cada año. Y entre la huerta y las cosas de casa, tampoco hablo mucho los otros 6.

          A veces cuando estoy hablando con alguien, me dicen que se tienen que ir a hacer algo, que si yo ese día no tengo nada que hacer.

          Pero ha habido una persona, que durante muchos años, siempre me ha acompañado y se lo agradezco, que me ha permitido compartir y estar con casi cualquier persona por muy diferente que sea, si me merece respeto.

          He pasado horas, hablando con los niños mendigos en India, sentado en la acera, con las prostitutas en París en Pigalle, con sadhus, con las chicas en Bali, y muchos tipos de personas, con vidas y pensamientos opuestos a los míos.

          Pero siempre acompañado de mí mismo, la persona que me hace respetarla y respetar a los demás.

          Cómo se puede sentir alguien sólo o hundirse en la soledad, si está con quien nunca le abandonará, si es capaz de respetarle y cuidarle. Y es que cuando estamos con nosotros mismos, podemos estar con cualquier persona, no para que nos haga compañía o no estar solos, sino porque podemos compartir nuestro tiempo, nuestra vida, siempre que seamos respetados y si no, protestaremos y diremos nuestra opinión, porque no tenemos que vender nuestra alma, por no sentir la soledad.



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