Incluso hay quien dice que las
religiones son el opio del pueblo, lo que nos droga y quita la conciencia.
Otros culpan a los políticos, que
hacen lo mismo, pero en nuestras vidas materiales. Ellos son los responsables
de la corrupción, la delincuencia, las guerras, la pobreza, las drogadicciones
y cuantas cosas tenemos en nuestras sociedades, durante milenios.
Recuerdo un libro que decía, que hay
uno o varios buenos pastores, que cuidan de las ovejas y que es el buen pastor.
Lo que no he leído es que tengamos que
tener pastores, por ser borregos y dedicar nuestras vidas a hacer lo que nos
dicen, en beneficio de los pastores. La Tierra es grande, y numerosos sus
pastos y el alimento, por lo que podríamos alimentarnos sin ir donde los
pastores nos lleven.
Nadie nos dice que tenemos que
comernos o matar al lobo, sólo respetarnos y hacer lo que nos dicen las
religiones y políticos: Ser hermanos, amarnos y esforzarnos por el bien común.
La verdad, siempre me he sentido
impotente, para encontrar el opio o que me engañe el pastor, si yo sé donde
tengo mi alimento. Porque al final es la estampida de los borregos, lo que
destruye cuanto encuentra a su paso, incluyendo a Dios.
Por eso deberíamos intentar llevar a
Dios con nosotros, en lugar de buscarlo donde nos dicen. Muchas personas nos
han hablado de Dios, que en general dice que nos amemos, el problema nace
cuando necesitamos que nos expliquen o digan, cómo tenemos que amar y a qué o quién.
Obviamente, cuando entendemos lo que
entendemos por: “Hacer el amor”, es natural que nos dediquemos a jodernos los
unos a los otros, la verdad es que los pastores y políticos, no nos hacen falta
para hacerlo. Lo que sí hacen es aumentar el daño y la extensión de nuestros
odios, fobias, envidias y ambiciones.
Deberíamos entender las religiones y
elegir políticos o servidores públicos, porque amarnos, ayudarnos, respetarnos
y esforzarnos en el bien común, no es cuestión de cómo nos lo explican, sino de
cómo lo entendemos y si somos borregos u ovejas.
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