Es algo que de una manera u otra, ha
sido la duda que hemos tenido en nuestra relación con Dios, llamémosle como le
llamemos, tengamos la creencia que tengamos, siempre y cuando pensemos o
creamos que el Universo es Uno.
Lo simple es siempre la obviedad, si
estamos separados o confrontados los unos con los otros, incluso con nosotros
mismos, obviamente Buda o Dios, no existe para nosotros. También es obvio, que
por actuar como la parte discordante y creer que somos independientes, o
dejamos de ser una parte del Universo, o una parte de Buda, una parte de Dios,
una parte de nuestra familia, de la Humanidad, de la Tierra, no dejamos de ser lo que somos.
Es algo a lo que estamos condenados:
Ser parte de algo, tener la responsabilidad de crear lo que somos, por medio de
la interdependencia con el resto de las partes que conforman nuestra
Individualidad o Uno que estemos considerando.
Podemos en nuestra ceguera, decidir que
somos individualidad independiente, que no somos parte o responsables de nada
más que nosotros mismos, sumiéndonos en el egoísmo. Algo que no evitará la
responsabilidad de las partes de la que estamos creados o formados.
Tiene que existir el uno en nuestra
convivencia o relación con el Universo, la sociedad, la Tierra o la familia,
para que nazca Buda o Dios en nosotros. Porque Dios o Buda, son Todo, incluso
haciendo imposible que nazca el Uno, que es el principio de la separación en la
Dualidad, creada por la Mente.
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