Pero a veces hay que preguntarse, qué
quiso decir alguien con sus palabras, preguntarse si las traducciones, hacen justicia
a la intencionalidad de quien las dijo o dice.
Cuando Shakyamuni relaciona la Gran
Duda con la Iluminación, probablemente no hablaba o hacía referencia a la
desconfianza, sino estar totalmente seguros de nosotros mismos.
Todos sabemos que lo que vemos,
estudiamos y pensamos, no puede nunca ser la realidad de lo que algo es.
Todo, aunque nos parezca imposible es
Infinito en su composición y en sus posibilidades. Muchas veces hemos escuchado
y nos hemos repetido: Puedo ser lo que quiera, si me esfuerzo lo necesario.
Todo puede ser cualquier cosa, si se
dan las condiciones necesarias, o podríamos decir que el Universo es una
Alquimia, en la que cada parte se manifiesta como es necesario y justo, para lo
que el Universo manifiesta en un ahora concreto.
Si nada es lo que parece, si lo que
percibimos no es la realidad de las cosas y todo potencialmente puede
manifestarse como cualquier cosa, al ser todo la misma Vida. Podemos tener la
seguridad, que no importa cuántas preguntas hagamos o respuestas nos den o
encontremos, si creemos que hemos alcanzado el conocimiento de algo, estaremos
equivocados.
La Gran Duda, es el camino de esa
seguridad, de saber que cada respuesta nos debe llevar a una nueva pregunta,
cada pregunta nos proporcionará una nueva respuesta.
No importa cuántos errores o
equivocaciones, haya en ellas, si no las hacemos, habremos abandonado el camino
de la Gran Duda. Escuchar todas las preguntas y respuestas propias y ajenas,
explorar tanto las correctas como las incorrectas, sólo nos llevarán al Camino
Infinito, donde sólo siendo Camino, encontraremos no la respuesta sino el
Camino.
Es entonces cuando la Sabiduría y la
Iluminación aparecen, no porque desaparezca la oscuridad o la Ignorancia, sino
porque no hay nada caminando.
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