El propio nombre nos recuerda que es una Imposición del poder, que nos obliga a pagar lo que gaste y le sea necesario para su bienestar y darnos al pueblo, lo necesario para que sigamos pagando y creando lo que necesiten y sea imprescindible para mantenerse.
Otro nombre usado es el de tributo o
tributación, que señala a que hay que pagar al Poder, al rey o al gobernante,
por ser el responsable de nuestras vidas y haciendas, de las que es dueño al
pertenecerle nuestras almas.
Son nombres dados para que no se nos
olvide, que somos propiedad de un poder, que heredado o aparentemente elegido
por nosotros, es dueño y señor de los vasallos y plebeyos, quienes le debemos
obediencia.
Somos el pueblo, que sólo debe
obediencia ciega y carece de derechos, con la única responsabilidad de hacer lo
que se nos dice para satisfacer los deseos del Poder.
En la Democracia, esas aportaciones de
los ciudadanos, deberían considerarse: Contribuciones de los ciudadanos, al
bien común, al que cada ciudadano debe contribuir dentro de sus posibilidades.
Pues hay que pagar a los servidores públicos, contratados y pagados por el
pueblo y el coste de la actividad o trabajo necesario para crear las bases de
ese bienestar social.
Los servidores públicos, incluido el
gobierno o parte organizativa y directiva de esos servicios, para el bienestar común,
no deben exigir que los ciudadanos paguen por encima de sus posibilidades, pues
su número y las obras acometidas, no deben sobrepasar lo que el pueblo puede
aportar.
Cuando se impone que hay que pagar por
trabajar, por vender, por comprar y que hay que pagar impuestos por todos los
impuestos cobrados anteriormente, cuando hay que pedir préstamos, para realizar
obras innecesarias o aparentar un bienestar del que no goza el pueblo, que
junto con sus intereses tiene que pagar el pueblo, cuando además hay que
mendigar ayudas por carecer el gobierno de fondos para pagar sus amistades,
compromisos, Corrupciones y Delincuencia, obviamente estamos hablando de la
imposición de aportar el dinero que gasta el Poder, llamados correctamente Impuestos.
Cuando además, a pesar de los Impuestos
que podrían llegar realmente a un 70 u 80% de los salarios de los vasallos o
plebeyos, se mantiene la pobreza, el hambre y la necesidad, que obliga a la
creación de ONG, que ayudan con el dinero que aporta el pueblo abusado y
violado, con unas imposiciones de aportar dinero, que impide que alcancen un bienestar
acorde con sus aportaciones al bien común.
Obviamente el responsable es el
Gobierno, el pueblo que tiene la función del servicio público, sin cuya
aportación y falta de Dignidad, el Gobierno no podría continuar sus abusos y
violaciones de los Derechos de los ciudadanos y el silencio del pueblo que tras
siglos de ser abusado, violado e ignorados sus derechos, ha renunciado a su
Dignidad.
El pueblo aporta los gobernantes y al
menos parece que los elige, provee de funcionarios, de dinero, de obreros y es
por tanto el responsable último de recobrar la Dignidad, que permita que el
Gobierno, los funcionarios y los plebeyos, contribuyamos dentro de nuestras
posibilidades al bien común. Sin que nadie por medio de la imposición abuse y
viole los derechos del Pueblo, de todos, por carencia de Dignidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario