De ahí surgió el Concepto del Uno, un
Todo, que desde un principio dividimos en porciones, incapaces de Conceptuar un
Uno que incluyese realmente Todo en Él.
Unos dioses que debían protegernos o
castigarnos, según les servíamos. Antes, una Naturaleza que nos daba cuanto
necesitábamos y al final tuvimos que arrancárselo a la fuerza, domesticándola y
aprendiendo a combatir sus cambios de humor.
En las filosofías encontramos un Uno
Eterno, que tiene creación, otras existencias finitas, o bien simplemente es
observado, definido y nombrado por nosotros, que decimos ser una parte de Él,
pero todos nuestros Conceptos filosóficos nos sitúan fuera.
En las religiones hemos encontrado un
Uno que nos ha creado, que de alguna manera tiene el poder de manejarnos o
concedernos libertad, pero que de una manera u otra controla nuestra existencia
con premios o castigos.
Algunos creen que, al existir un
Universo, está compuesto de muchos, que manifiestan diferentes frecuencias de
energías, situados por orden de evolución, en el que los evolucionados
intervienen algunas veces en los menos desarrollados o envían Maestros para que
redireccionen la evolución equivocada.
Hay un Dios, con un Universo perfecto,
después hay universos regidos por otros Maestros o dioses, que están menos
evolucionados o tienen campos diferentes que evolucionar.
Hay una evolución en el Universo, en
la que nos hemos equivocado y de vez en cuando, viene un enviado o Maestro para
corregirnos, señalándonos nuestras equivocaciones, para llegar a la Meta que
hemos encontrado en nuestros Conceptos.
Hay momentos en la Meditación, en los
que realmente te sientes Uno, sólo hay Consciencia de Ser Vacío. Ha
desaparecido el yo y los números, los cuerpos y las formas, nada ha dejado de
existir, todo sigue igual, pero Vacío, simplemente Siendo Uno.
La forma más simple de expresarlo,
desde nuestra conciencia y pensamiento, es la Dualidad, especialmente en el Yin
y el Yang, donde algo que no puede existir, es lo que determina el equilibrio
entre las dos mitades opuestas del Uno.
Nuestra mente, nuestra conciencia ha
dado nombre a un Concepto: Toda individualidad tiene dos mitades. eso
básicamente es la dualidad.
Obviamente, el Uno, no puede saber o
pensar que tiene dos mitades, tiene que existir un uno fuera de Él, que lo conceptúe
y dé nombre: El Uno tiene dos mitades.
Todas las filosofías, establecen que
son opuestas sus mitades: Dios-Creación, Dios-Diablo, izquierda-derecha, hombre-mujer,
femenino-masculino, luz-oscuridad.
Pero no son observables o perceptibles
si no hay algo más que el Uno, que lo perciba, pero sólo puede percibirlas al
compararlas: La Luz existe en comparación con menos Luz, la oscuridad sólo nace
cuando hay menos Luz que en otro lugar.
Nuestro error desde el principio, ha
sido el de separar las mitades, el de pensar que el Universo Uno, es lo que
podemos observar, que nos lleva a estar fuera de Él. Que el Universo atemporal e
Infinito, está acompañado con algo temporal y finito. Lo Infinito y Eterno, no
es algo que tiene un algo o individualidad, es una Naturaleza, que no tiene por
qué tener una individualidad que la manifieste, incluso siendo Uno.
La potencialidad Infinita de
existencia o Vida, seguiría existiendo Inmanifestada si no hay algo que lo
manifieste, a veces deberíamos tratar de sentir todos nuestros cuerpos como Uno,
que tiene un yo inmanifestado e inexistente, pues somos nosotros los que se la
damos a los demás y los demás la nuestra.
Algo que imposibilita percibir al Uno,
si abandonamos la Dualidad de creer que somos una manifestación externa o fuera
de las mitades de ese Uno: Indivisible y sin mitades.
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