Tampoco, la necesidad de cortar
árboles, mover rocas o extraer de las profundidades de la Tierra, lo que
necesitamos para su construcción.
Apenas llegados a la Tierra, vivíamos en
cuevas y matábamos aquello que necesitábamos para alimentarnos. A veces,
muriendo al tratar de conservar lo que nos sobraba, debido al tamaño de lo que habíamos
cazado, para comerlo otro día y no tener que ir a cazar.
Sin darnos cuenta, los árboles se
hicieron menos comunes y abundantes, los animales fueron disminuyendo y poco a
poco, les quitamos los lugares donde tenían su hogar.
La Tierra se sintió impotente para
reciclar nuestros deshechos y para reponer cuanto destruíamos para crear los
caminos, que nos llevaban donde deseábamos ir, y las casas que trataríamos de
transformar en hogares.
De alguna manera, desde el primer
paso, olvidamos que había que cuidar la casa de todos. Descuidamos la
reposición y cuidado de lo que nos era necesario para vivir.
Los ríos enturbiaron sus aguas
contaminadas por nosotros, los mares nos daban comida contaminada por nuestros
vertidos, las lluvias inundaban y destruían las casas que construimos, olvidando
las experiencias vividas.
Poco a poco, el Universo se vio
obligado a cambiar continuamente la meta a la que lleva el camino que vamos
creando con cada paso que damos, inconscientes de donde nos han traído los
pasos que hemos dado.
La Meta establecida por la Vida, que
nos llevaría inexorablemente al Principio, al Origen, está en duda.
Probablemente, nuestro uso de la Libertad que nos ha sido concedida, tenga el
poder suficiente para que la meta sea la que nosotros estamos creando en lugar
de la que nos fue recomendada y era la esperanza de la Vida: Cerrar el círculo,
uniendo el origen por medio del Camino que nos llevase a un Ahora Eterno, sin
final, el cual llega inexorablemente en cada ahora, sin poder separarse del
principio, del origen.
Era necesario por supuesto, cortar el
árbol, cazar la comida, pero no destruir lo que nos proporciona alimento y un
hogar. Necesitamos tener hijos para alcanzar la Eternidad, algo que continúe
los pasos que hemos dado. Cortar el árbol, es natural, no sembrar otro, es lo
que ha creado el camino que nos ha traído donde estamos.
Matar para comer, es necesario. Matar más
de lo necesario, no cuidar la vida de lo que se entrega en sacrificio, para alimentar
nuestra vida con la suya, nos ha traído a necesitar crear alimentos sucedáneos,
transgénicos y alcanzar la obesidad y la avaricia, al no tener nunca suficiente
con cuando nos da la Vida.
La avaricia que nos ha llevado al
egoísmo, el egoísmo que nos ha traído a destruir cuanto no se ajusta a nuestros
deseos y a pensar solamente en nosotros, olvidando que alguien tiene que crear
el camino que debemos cuidar y recorrer.
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