Sin embargo, hay masas dirigentes y
masas que van detrás sin saber dónde. Eso no quiere decir que las dirigentes sí
lo sepan, pues la mayoría de las veces sólo son arrastradas por el ego a la autodestrucción.
Pensamos que las personas inteligentes
son las que conservan su independencia, pero tenemos a los grandes
conquistadores, a los dictadores, a quienes tenían grandes reinos, a quienes
tienen un gran poder, que tratan de llenar su insatisfacción con lo que son,
mediante el poder. Este poder sólo lo sienten, al controlar, manejar y ser
seguidos por grandes masas, que tratan de encontrar en el número: Llenar su
insatisfacción, con el poder que les da el anonimato y el número.
El problema no está en su
manifestación, sino en cómo ha sido creado, es algo que necesitamos conocer, si
queremos realmente dejar de tener que ser masas, para encontrar la
satisfacción personal y compartirla con los demás.
Desde niños, somos educados para
ocultar nuestra verdad, para manifestar lo que es correcto socialmente. Lo correcto
depende de la posición que ocupas en esa sociedad, así como cumplir lo que la
educación te obliga a decir. Algo que nos hace mentirosos, incumplidores de lo
que decimos o prometemos, y que poco a poco nos lleva a la insatisfacción de lo
que somos.
Algo que es aprovechado por el ego,
para decirnos cómo podemos alcanzar la satisfacción por medio del poder, bien
sea sintiéndonos poderosos por la fuerza de nuestros seguidores, o por la
fuerza del número que caminamos juntos, que no unidos.
Muchas personas con una mente grande
en cuanto a inteligencia, ha manejado las masas para su poder. Sintiendo la
satisfacción personal por el poder adquirido, no por sí mismo. También muchas
de ellas se han transformado en sicarios o los perros guardianes de los
poderosos, compartiendo el poder desde su obediencia ciega.
En el budismo, hay un koan o historia,
que nos dice dónde está la satisfacción personal: “Cuando el dedo del sabio señala
la Luna, el ignorante sólo ve el dedo”.
La satisfacción no está en lo que se
ve. Sino en la Sabiduría, en la que no importa ser ignorante o tener un gran
conocimiento, sino en señalar a la Luna con nuestro Ser. Esa Luna que es la
Mente Pura, la Mente de Buda, nuestro Ser.
Pero hemos encontrado que seguir es de
masas, cuando se puede seguir a quien camina en el Camino Correcto, sin ser un
seguidor, siendo ignorante o de gran conocimiento.
Porque en el Camino Correcto, no se puede
seguir a otro, sólo crear el camino con nuestros propios pasos, que obviamente será el mismo Camino Correcto, pero personal. Porque como dice el poema: El
Camino se hace al caminar, sin las huellas del caminante, no hay camino.
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