Lo triste no es que sea el otro el
culpable, sino que como lobos y borregos, nos peleemos entre nosotros, para
defenderles, siguiendo la ideología que nos han inculcado o en la que hemos caído
desde el engaño.
Como cualquier empresa, se ofrece un
producto y una calidad. Cuando esa empresa nos engaña, simplemente cambiamos de
marca.
En cambio, con los gobiernos,
simplemente seguimos culpando a los otros, pues “los nuestros”, son una empresa
decente y honrada, que se esfuerza en darnos lo mejor por el dinero que les
damos.
Cuando estamos intoxicados con la
comida, y no importa la marca que compremos, seguimos intoxicados, pero de otro
sitio. Lo que nos hace decir que este producto es mejor, a pesar de que nos
cuesta comer y vivir a diario.
Hay gobiernos, que intervienen y
controlan nuestras vidas, para que seamos felices si obedecemos, debido a que
nuestra ignorancia nos llevaría a la infelicidad.
Otros, como cualquier padre de
familia, recibe todo el dinero que entra en el país y lo reparte
equitativamente, para que todos vivamos y obtengamos lo suficiente para hacerlo
dignamente.
Otros nos dicen mediante leyes, qué es
correcto y qué incorrecto, lo que tenemos que pensar, lo que tenemos que hacer
y nos aseguran que mediante el trabajo alcanzaremos la dignidad, el bienestar, la
felicidad.
En nuestros tiempos, cualquier
gobierno que se precie, defiende el sistema que le conviene para cada
situación, pues no hay nada como un pueblo cobarde y asustado, para que
renunciando a su dignidad, sea obediente y haga lo que se les dice, incluso
traicionar o asesinar a otros ciudadanos o familiares.
Si en una empresa, los obreros se
niegan a fabricar productos defectuosos o que no cumplen con lo que se paga. Si
la contabilidad, calculados los beneficios, denuncia si los precios son caros o
los sueldos bajos, si la dirección trata de organizar y no tener amigos de
alguien que cobran mucho y producen poco. Es obvio que la empresa fabricará
buena calidad a buen precio.
Un gobierno es fácil de saber si es
bueno o malo, simplemente hay que mirar cómo vivimos la mayoría, tener Dignidad
y abrir los ojos, si lo que se nos ofrece no está de acuerdo con lo prometido,
si nos piden dinero hasta arruinarnos para hacer lo que ellos consideran bueno
para su poder, si nuestra vida y convivencia, no cumple con lo prometido y por
lo que les pagamos, obviamente hemos entrado en deudas y hay que cerrar la
empresa.
Un gobierno, está pagado para trabajar
al servicio del pueblo, su función es ofrecer una convivencia en paz, una vida
digna, paz con los vecinos y ofrecer la mejor calidad con la mínima o justa
inversión.
Y en democracia, ofrecer una educación
que permita que el pueblo tenga Dignidad, leyes para equilibrar la convivencia,
y una mínima intervención, si el pueblo vive con Dignidad y sin miedos. Pues la
Dignidad es: Respeto por uno mismo y por los demás.
Excelente!
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