Si miramos, cuál es la manifestación
que damos de nuestro Padre Dios y Universo, nuestra Madre Vida y Tierra, lo que
parece es, que hemos prostituido a los dos.
Sólo nos interesa, lo que creemos que
nos dan u obtenemos de ellos. Teniendo como objetivo, usarlo para destruir a
nuestros padres.
De la Tierra, sacando de sus entrañas,
cuanto nos da un beneficio. De su superficie, contaminando y destrozando o
destruyendo, cuanto hay en ella. De su entorno, destruyendo el oxigeno que nos
permite vivir a la totalidad de sus hijos, sustituyéndolo por aquello que nos
mata.
De sus hijos destruimos su humanidad,
quedando el abuso y la violación, cuando no su exterminio.
De Dios, es demasiado abstracto para
destruirlo, pero podemos mirar la manifestación que damos de Él, el Dios que
vive en nuestros corazones, el Dios que creamos en nuestra convivencia.
Del Padre Universo, nos falta poder
para destruirlo, pero no hay que desconfiar, lo conseguiremos si persistimos.
De la Madre Vida, sólo podemos
destruir a sus hijos, a nuestros hermanos, pues Ella, será siempre lo que
seamos sus hijos, al igual que los padres que se entregan a sus hijos siendo
Amor. No podemos destruirla, ni tocarla a Ella, sólo destruir a sus hijos,
obligándola a crear nuevos hijos, pues nosotros habremos desaparecido.
Políticos que no respetan sus
acuerdos, que asesinan, abusan y violan al pueblo propio y al que creemos ajeno.
Un pueblo que no se respeta, que incendia las relaciones y la naturaleza, y
camina con una sola pierna, un brazo, un ojo, un pulmón y rechaza cualquier
pareja que esté al lado contrario que su amo, pues no aceptará a la mitad
izquierda o derecha, a la de arriba o la de abajo, la de detrás o la de
delante, a la masculina o la femenina.
Una humanidad que no ha nacido, que
destruye animales, plantas y cuanto le permite existir. Quedando solamente, una
especie que camina con dos piernas, de envidia y odio, con dos manos que
destruyen cuanto creen que no les beneficia y aquello que no les gusta.
¿Qué padres podrían aceptarnos como
hijos?, sin ser respetados, sin ser defendidos, sin ser ayudados a ser: Una
familia, Una manifestación, Una sola Vida, Una Humanidad.
No es la responsabilidad de nuestros
padres, el que seamos creadores de odio, envidia, guerra, destrucción, la
responsabilidad es sólo nuestra: “MÍA”.
Sentimos orgullo de que alguien se
dedica a intentar arreglar, todo el mal y destrucción que estamos creando. Nos destruimos
a nosotros mismos, nuestra humanidad, nuestro respeto, nuestra Dignidad y
excluimos de nuestra manifestación la Naturaleza de Amor con la que fuimos
creados, no dejando algo que pueda reconstruirnos.
Nuestra Madre vida, nuestro Padre
Dios, seguirán teniendo y manifestándose en sus hijos, entre los que no estaremos
nosotros por autodestrucción.
Cómo decía Erich Fromm somos una sociedad, un mundo enajenado. Saludos Maestro
ResponderEliminar