En una existencia, que, naciendo en el
fondo del corazón de ese Todo, permanecía en el estado paradisiaco del Amor.
Que, al crear el deseo produjo la semilla de su autodestrucción.
Decimos que es la incipiente humanidad
en su forma de potencialidad, la que crea el deseo de ser como Dios, ese
Espíritu que deseó manifestarse como materia o forma en Universo. Siendo el
deseo, el que impide la existencia en el Paraíso.
Y es que el deseo, crea la
insatisfacción con el ahora manifestado, tratando de cambiarlo en el que
soñamos, no el que existe y es inmutable y permanente en la Eternidad.
Es el deseo de existir en la paz, lo
que crea de forma irremediable la guerra. La lucha por la paz, sólo puede ser
la semilla de la insatisfacción que germinará en la destrucción de quienes ven
algo de forma diferente a nosotros.
Es la unión de esa Esencia en
individualidades, la que al ser finitas, obliga a retornar a su origen de
Esencia a esas constelaciones y universos de individualidades, para
transformarse nuevamente en universos, constelaciones e individualidades, por
toda una Eternidad, como manifestación de lo que hemos llamado Dios.
Es el deseo de cambiar nuestra
manifestación, el que creando nuestra insatisfacción con lo que somos, nos
lleva a desear lo que hemos dejado de ver: Que somos Espíritu, en cuyo corazón
sólo puede existir el Amor. Ese mismo amor, que al hacernos libres para poder
elegir entre los opuestos, hace que elijamos lo que no somos, lo que no
tenemos: Odio, insatisfacción, guerra, el olvido de la manifestación que somos
como Individualidad, para expulsarnos del Paraíso siendo individualidad
separada.
El hecho de que para desear algo, lo
importante e ineludible es no serlo o tenerlo, hace que el deseo de paz,
simplemente dirija nuestro esfuerzo a vivir en guerra permanente, que es lo
único que nos permite, seguir deseando la paz eternamente.
La paz es posible, pero no es el Armagedón
de Dios, ni su poder, ni los demás, ni el poder, lo que la conseguirá, sino
nuestra propia determinación para manifestar esa paz en nosotros, fuera del
deseo y del ego. Lo que permitirá desde
el Amor, crear aquello que somos y manifestarlo: Uno como Amor.
El material para crear es nuestra
Esencia, el lugar el Vacío, cuya existencia sólo puede estar en el aquí y
ahora. Todo cuanto existe en ese ahora, es lo que podemos usar para crear la
Eternidad de cada ahora, siendo lo que tenemos, el nacimiento de la semilla del
deseo es totalmente innecesaria.
Hay un número Infinito de
posibilidades de lo que podemos crear, pero lo que podemos usar está limitado a
lo que somos o tenemos ahora. Somos Vida, Felicidad, Creadores y siendo Uno, nuestra
manifestación sólo puede darse desde la Paz del Amor.
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