No pretendo molestaros

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Yui Shin

domingo, 16 de noviembre de 2025

EL MOVIMIENTO DEL PÉNDULO

          Oscilando de un lado a otro, mueve la maquinaria del reloj creando el tiempo, necesario para la existencia dual.

          El equilibrio de ese movimiento, estaría en el centro de sus extremos, lo que haría un equilibrio en el que no existe el movimiento, en el que desaparecen los extremos, en el que el tiempo es inexistente.

          Obviamente, no es el péndulo del reloj el que crea estos resultados, sino el de la Vida. Una Vida que en su Eternidad, sólo manifiesta el Ahora del equilibrio del péndulo, sin que este oscile de un extremo a otro, pues sus límites o extremos son en el Infinito, que misteriosamente está incluido en su ahora.

          Nosotros percibimos la existencia, sólo viviendo en la dualidad, una dualidad en la que hemos separado sus extremos, sus opuestos, al percibir el Mal separado del Bien.

          Pero en la Vida no hay separaciones o extremos, es algo que nosotros necesitamos para crear el ego, siendo este la separación de los extremos, el yo de los demás, una creencia, sentimiento o pensamiento como opuesto o contrario a otra de sus manifestaciones.

          Decimos que queremos mucho o demasiado, algo que se situaría en uno de los extremos del péndulo, en el otro estaría el poco. Lo que nos sería imposible, es determinar cuánto es poco en una situación o cuánto es mucho.

          En el centro de los extremos siempre está el: Suficiente, lo justo, lo correcto. No importa lo que pongamos o estemos midiendo en el movimiento, el Centro o Manifestación de la Vida, siempre será el mismo: Suficiente, Justo y Correcto.

          Una buena persona, siempre estaría en el centro, mientras ser demasiado buena persona o mala, sería siempre Incorrecto, al situarse en uno de los extremos.

          El Mal y el Bien en la Vida, están en el Centro como Dualidad, algo que modificamos nosotros para crear la dualidad, situándolos en los extremos.

          En el movimiento del tiempo, podemos mostrar sólo lo incorrecto, tratando de regresar al centro, donde sólo existiríamos como Manifestación de la Vida que ha regresado a su origen. Mientras que en el tiempo sólo tratamos de saber lo que somos.

          El Centro es la residencia del Amor, su oscilación entre el amor y el odio o la indiferencia, sólo parará cuando seamos capaces de amar, algo posible cuando nos amemos realmente a nosotros mismos, sin mimos, sin deseos, sin tratar de ser algo diferente a lo que estamos siendo.

          Ser lo que somos, es amar lo que estamos siendo ahora, única materia que tenemos para retornar a casa, a lo que soñamos que somos como Hijos de un Dios o Su Creación directa. Convirtiéndonos en los responsables de manifestar Su Amor en la Dualidad y no deseando volver a existir en un cielo soñado, sino creándolo en nuestra dualidad.

          La unión de los extremos, no necesita la desaparición de ninguno de ellos. La oscilación de la Vida es en el Infinito y la Eternidad, donde no hay extremos, principio o final.

          Sólo es la desaparición del yo y demás, permitiéndonos mostrar nuestra Naturaleza Verdadera de Amor.



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