La IA, recoge muchas opiniones, y lo
que dice del Zen es que: “Es una escuela del budismo Mahāyāna
originaria de China, que enfatiza la meditación, especialmente la sentada
(zazen), como camino para la iluminación espiritual. Su nombre proviene del
sánscrito dhyāna (meditación) y destaca la comprensión directa de la
mente a través de la práctica y la interacción con un maestro, más que el
conocimiento intelectual. La filosofía zen busca la realización personal y la
paz mental mediante la atención plena en la vida cotidiana”.
El origen del Zen si no estoy
equivocado está en India, Bodhidharma al no encontrar el espíritu y alma del
budismo, que estaba desapareciendo en India, viaja a China para transmitirlo.
Al ser recibido por el emperador de Liang, este le pregunta por los méritos
adquiridos por la construcción de templos, establecer y propagar el budismo en
su reino, ayudar a los monjes y cumplir con los preceptos. La respuesta de
Bodhidharma, le deja perplejo y enfadado: “Ningún mérito”.
Recuerdo que en una entrevista en la
radio, me preguntaron, “¿Qué es Meditación?, mi respuesta fue que el estado
natural de las cosas. Nada que alcanzar, nada que encontrar, tan solo, quitar o
desprendernos de todo lo innecesario que hemos creado.
Al igual que en tantas religiones y
filosofías, buscamos un cielo, un Nirvana, un Valhalla, o lugar de gracia, al
que nos llevará nuestro dios tiene tras la muerte por toda una eternidad, todo
ello debido a nuestros méritos.
Pero olvidamos que Shakyamuni nos dijo
que: “Buda es todo, y que todo cuanto existe es por tanto Buda”.
La Meditación es el medio para
retornar al origen, el Nirvana es algo que debemos crear en el Universo desde
nuestra libertad, lo que permitirá manifestar nuestra Naturaleza Original.
Cuando miramos un koan, tratamos de
entenderlo y encontrar una verdad en él. Olvidamos que el sonido Universal,
siempre es el de una sola mano, que los pájaros, las nubes, los cataclismos, el
relámpago y el trueno, son el sonido de Buda, que siempre desde antes del
Principio y sin final en un Ahora Eterno, siempre es el Uno sin percepción de
mitades.
Cuando en el koan, nos dicen que todos
sabemos cuál es el sonido de dos manos, nos recuerdan que existimos en una
dualidad, en la que percibimos sus mitades separadas. Pero lo que debemos de
responder, es: Cuál es el sonido de una mano.
No hay respuesta, simplemente saber
que existe la mano o un sonido, sería dualidad, quizás por ello hay que ser no
sólo el koan, sino Uno, un uno desconocido y que carece de percepción de
existir. Siendo sólo y exclusivamente el SER de la Vida.

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