Luchamos por
conseguir una vida en la cual los derechos individuales y colectivos estén
asegurados. Estos derechos están pensados y defendidos por los servidores
públicos que tratan de asegurar su implantación. Estas personas son elegidas por
todos, para que organicen y dediquen su tiempo al servicio de los demás. Su
trabajo debe consistir, en que con el dinero recibido de todos, organizar el
bienestar colectivo.
Gracias a
este método hemos conseguido los derechos humanos: para los esclavos, los
niños, las mujeres, las minorías, los indefensos, etc. Para los animales y las
plantas, la ecología, y en general cada medio tiene un sinfín de derechos.
Para su
implantación tenemos gran número de: médicos, policías, abogados, jueces,
sindicatos y demás servidores, la mayoría de ellos públicos.
Hoy tenemos
en nuestro país gran número de protestas y manifestaciones por el desacuerdo
con la implantación y funcionamiento de estos derechos.
En general y
por simplificación, yo diría que la forma rápida y segura para el buen
funcionamiento de todos los derechos, sería que todos y cada uno de nosotros, a
nivel individual y colectivo nos olvidáramos de nuestros derechos y en lugar de
culparnos unos a otros, simplemente ejerciéramos nuestra responsabilidad.
Si una mujer
o niña, hombre o niño ejerciera su responsabilidad con la vida, habríamos
terminado con una de las protestas y discusiones “No Habría Abortos”. Tanto el
hombre como la mujer, somos responsables de lo que estamos creando, cuando tenemos
una relación, sin embargo no solemos pensar o tener en cuenta los resultados. La excusa de: que todos lo
hacen, estaba borracho o drogado, en una fiesta, etc. no nos exime de nuestra
responsabilidad, que empieza antes de estar en una situación descontrolada. Las
consecuencias pueden ser tanto de enfermedades, como el de crear una nueva vida. Esta vida desde antes de ser
engendrada tiene sus derechos, no es responsable de la irresponsabilidad de
otros, al igual que cualquier otro ser. Por lo que pienso, que si las personas
somos libres, debemos también ser responsables de lo que hacemos y el evitar hacer
daño, está por delante de cualquier otra opción.
Si los
sindicatos ejercieran su responsabilidad, no lucharían contra las empresas, ni
por sus prebendas, lo harían por los trabajadores, defendiendo la productividad
y el reparto de los beneficios generados, las empresas no tendrían que cerrar y
el trabajo digno estaría asegurado, si, los empresarios y trabajadores ejercen
también sus responsabilidades. Los sindicatos tendrían afiliados y podrían
mantenerse y ser útiles.
Si los
dirigentes de los hospitales públicos, en lugar de crear déficit cada año,
independientemente del presupuesto, si los médicos y personal sanitario no
tuviesen una lista tan grande de espera y hubiesen optimizado el uso de los
recursos, si sabiendo el presupuesto y calculando el personal sanitario
necesario, hubiesen calculado sus sueldos, si no hubiesen tantas personas
innecesarias o que no cumplen con su responsabilidad. No estaríamos cuestionando
la gestión pública, que lo que tendría que hacer es optimizar el uso de los
medios y reducir las listas de espera, por ejemplo contratando más personal al
principio y una vez puestos al día, obviamente sobraría personal para una
gestión óptima y mantenible en el tiempo, que es más o menos lo que cualquier
gestión tendrá que hacer.
Si profesores
y estudiantes ejercieran sus responsabilidades, los alumnos desarrollarían su
amor a aprender y al conocimiento y no mirarían tanto los medios, ni las
dificultades, sino que son capaces de aprender por sí mismos, dependiendo solamente
de su esfuerzo. Los profesores o maestros como me gusta a mí llamarles,
dedicarían su tiempo a desarrollar en el estudiante la capacidad de
comprensión, su humanidad y la capacidad
y amor por saber, olvidándose de la programación y aborregamiento del
alumnado, al servicio de intereses que no tienen que ver con la responsabilidad
del Maestro.
Los templos
del conocimiento, las universidades, estarían al servicio de la sabiduría,
simplemente creando el ambiente donde una persona pueda ejercer su
responsabilidad de crecer, en su desarrollo humano. Sus rectores solo deben y
tienen la responsabilidad de repartir los medios disponibles equitativamente,
desarrollar el plan de estudios con sus catedráticos y asesores y observar los
resultados. Más importante que los medios, es el esfuerzo, que nos da como
resultado, la confianza de que somos capaces, de realizar cuanto nos
proponemos, siempre y cuando nos esforcemos lo suficiente.
Debido a que
los ciudadanos están ocupados con sus actividades y familias, aportan un
dinero, para que unos pocos ciudadanos se dediquen solo y exclusivamente, a
crear una convivencia de bienestar con él, estos trabajadores públicos se
llaman vulgarmente políticos o funcionarios. Su responsabilidad consiste, en
repartir lo mejor posible el dinero recibido, para mayor bienestar de todos,
algo parecido a lo que hace cualquier familia que funcione, es difícil
conseguir bienestar cuando tienes que conseguir el dinero que gastas.
Antes que
trabajadores, parados o ciudadanos somos humanos, personas. Qué bonito sería
arreglar nuestros parques, montes, ciudades, etc. ahora que por desgracia,
somos tantos los que no tenemos otra cosa que hacer.
Antes que
buscar culpables, destruir lo que hay, lamentarnos y desesperarnos, está
ejercer nuestra responsabilidad. Es el origen de todo derecho, la fuente donde
mana nuestra autoconfianza, es la cimentación donde no crecen los problemas, lo
mejor es que antes de comenzar su gestación, no aparezca la semilla de nuestro
malestar.
Solamente una cosa nos exige la vida para
entregarse a nosotros y es que: aceptemos y ejerzamos nuestra responsabilidad,
tanto a nivel individual como colectivo.
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