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Yui Shin

sábado, 19 de octubre de 2013

SOLO DOS MITADES

Difícilmente podríamos encontrar una filosofía más simple y sencilla que la de “La Dualidad”. La que en occidente nos explica a: Dios y la creación, el bien y el mal. En Barrio Sésamo era arriba y abajo, claro y oscuro, delante y detrás. En nuestro día a día es: me gusta – me disgusta, quiero – no quiero, voy – vuelvo.
En oriente para hacerlo mucho más sencillo, le dieron nombre a cada mitad, dijeron una es Yin y la otra se llama Yang. Y al describirlo dijeron, “una es el lado sombreado y la otra el soleado, de una sola montaña” y en escritura las definieron con dos ideogramas.
Cómo podemos ver es simple, “El concepto de dualidad es que cualquier cosa, ser o individualidad está compuesta de dos mitades”.
Cuando repartimos una tarta para dos personas, la cortamos por la mitad y cada uno tiene su parte, que deberían ser aproximadamente iguales en tamaño, valor u otro concepto y que siempre será menor que la tarta que ambos teníamos.
Una esfera puede ser cortada a la mitad por un número infinito de sectores. Lo que sí sucede siempre es, que puestas una al lado de otra son idénticas. También es verdad,  que a pesar de su igualdad, cuando una es la mitad superior, la otra es la inferior; siempre una es la opuesta de la otra.
Nuestra vida transcurre en esta dualidad, en la que aparentemente las mitades están separadas, cada mitad puede: ver, sentir, observar, estudiar, analizar o simplemente saber que existe, a la otra mitad. Esto es lo que observamos continuamente en nuestra vida diaria: podemos ver todo menos a nosotros, el ojo ve muchas partes del cuerpo pero nunca puede verse a sí mismo.
Por lo anteriormente expuesto podemos ver que: si separamos las mitades, cada una vuelve a tener dos mitades en sí misma, si seguimos dividiendo podemos observar que la dualidad siempre se mantiene, dando origen a la multiplicidad de individualidades en la que nos movemos, dentro de la dualidad. Pero en la Vida, una de las reglas del Yin-Yang es que, “El yin no puede ser separado del Yang, ambos son interdependientes, aún apareciendo ambos al mismo tiempo, uno se considera el origen y otro el sustentador”, probablemente esto sea solamente una manera de explicarlo.
Todo, independientemente de su tamaño, naturaleza o estado, participa y está formado de las dos naturalezas, Yin y Yang. O lo que es lo mismo, “el yin y el yang son las dos mitades inseparables de una misma individualidad”.
En el Tao Teh King se lee: “Al conocer lo bello como bello todos conocen la fealdad en el mundo. Todos saben que el bien es el bien y entonces conocen el mal.
Así es como: Ser y no-ser se engendran uno a otro.

          Sufrimos en la vida, pero nunca nos preguntamos qué parte es la que sufre.
          Enfermamos, pero nunca nos preguntamos qué es lo que enferma.
          Odiamos, sin saber donde crece este sentimiento.
          Somos capaces de ver la pequeña mancha en una pared grande, sin ver la bonita pintura que la rodea.

          La parte de la vida que puede sufrir (Yin), solamente puede ser la parte Yang (felicidad), odiamos porque somos Amor y enfermamos porque estamos vivos y la vida muestra la salud que observamos desde la otra mitad, la enfermedad es visible por el contraste con la buena salud.
          La Vida, nuestra naturaleza, es en sí misma el Yin y el Yang. No pueden ser separados, ni discriminados, ni puede existir uno sólo.
          En la no discriminación entre ambos, la felicidad que puede conseguirse es absoluta, la salud siempre es buena, no puede crecer odio en el amor y no hay necesidad o posibilidad de percibir la dualidad.
          El cielo se vive, cuando las dos mitades forman una sola individualidad.
          El infierno es cuando vivimos esta misma individualidad, con las dos mitades separadas.
          ¿Qué río tiene una sola orilla, qué montaña puede existir sin el valle?
          Todas las diez mil cosas, son individualidades absolutas en sí mismas y a la vez mitades de otra individualidad. Al final y al principio está el Uno, la Individualidad Absoluta. Antes de que sus mitades se manifiesten incluso potencialmente, es cuando es la Nada, el Vacío. Sin dualidad que pueda percibir o ser percibida.


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