Me he dedicado bastantes años a
la reflexoterapia podal, durante este tiempo, mi esfuerzo principal ha estado
encaminado, a que todos disfrutasen más de sus vidas y de la salud que tenían
en cada momento.
Indudablemente,
ha habido muchas personas que han conseguido cambiar su salud, todo ello como
consecuencia de su esfuerzo para aprender a quererse. Base imprescindible para
construir una autoestima estable.
De tantas
cosas como he hablado con las personas que han venido, hay dos que siempre he
considerado imprescindibles: Ámate a ti mismo, para poder amar al prójimo y una
buena alimentación.
Amarse y
respetarse, no como una muestra de egoísmo, sino como muestra de amor y respeto
por los demás.
Solamente
cuando nos cuidamos y estamos bien, podemos realmente dedicarnos al prójimo.
Cuando hemos hecho y cumplido con toda nuestra responsabilidad, estamos libres
para ayudar a los demás. Y lo que es más importante, si lo nuestro está hecho,
nadie tiene que dedicar su tiempo a hacerlo.
Cuando nos
amamos y respetamos, defendemos nuestro ser y su lugar en la vida, lo que les resuelve
problemas a los demás, puesto que, les estamos definiendo el lugar que ellos
pueden ocupar. Esta actitud, nos ayuda a aumenta nuestras defensas y capacidad
para enfrentarnos, a nuestros problemas y a los ajenos.
Todas las
formas de vida, se alimentan aparentemente, de forma y alimentos diferentes, aquellos
que le son afines y necesarios para continuar existiendo. En la cadena de la
vida, todos nos alimentamos y somos el alimento a su vez, de otras formas de
vida. En general y como realidad última, podríamos decir que la vida se
alimenta de la vida y de (la vida que hay en) la muerte.
¿Cómo
podríamos definir o explicar una buena alimentación?.
Desde el
principio he intentado: no inclinarme por ningún tipo de dieta, no estableciendo
alimentos mejores o peores, ni por su procedencia, ni por su tipología.
Lo que sí he tenido claro es, que si algo te va o hace bien,
es bueno para ti.
Para que algo
nos vaya bien, no depende sólo de él, nosotros también somos importantes, yo
diría que determinantes, en cuanto a la actitud y el aprovechamiento que
hacemos de ellos.
Todos sabemos
que vivimos en este momento, que no podemos hacer dos cosas a la vez y que si
realmente nos dedicamos a algo, generalmente lo disfrutamos.
¿Cuáles
serían entonces los pasos a dar, para una buena alimentación?
1) Comer. No estamos trabajando, no
tenemos problemas, no hay nada que hacer, para poder comer tenemos que estar
comiendo, es lo único que podemos hacer. La actitud debe ser de disfrutar lo
que hay en el plato, no tenemos otra cosa que comer. Podemos cambiar cuantas
veces queramos lo que hay en el plato, al final cuando comamos (si no ha durado
la indecisión tanto tiempo que hemos muerto de hambre), comeremos siempre lo
que hay en el plato.
Disfrutar de lo que comemos,
muestra también nuestro agradecimiento a la vida, los alimentos, las
personas que han hecho posible que tengamos y podamos comer, etc.
2) Cómo comer. Una vez que estamos
centrados en comer, lo siguiente sería no tragarse los alimentos,
debemos respetarlos y respetarnos lo suficiente, para dedicarles el tiempo
necesario para masticarlos y aprovechar el máximo de lo que nos está siendo
entregado, que es, el esfuerzo de la personas y la vida de lo que comemos. Al
aprovechar el máximo de lo que tragamos, la cantidad siempre es la necesaria,
por lo que no malgastamos. Para ello lo más importante es masticar lo
suficiente, no es necesario ni masticar mucho que nos hace perder tiempo, ni
poco que no nos ahorra tiempo, ya que nos impide digerir adecuadamente y al no
aprovechar lo que tragamos, necesitamos más cantidad de alimentos y nos provoca
problemas en todo el sistema digestivo.
En la vida
hay una circunstancia curiosa, una persona que sabe mucho de comida, se muere
de hambre; quien cocina muy bien, se muere de hambre; quien pone una buena
mesa, se muere de hambre. Solamente quien come, no se muere de hambre.
Una vez que
hemos seleccionado, cocinado, servido, comido y digerido los alimentos,
supongamos que todo ha sido erróneo, tanto los alimentos, como la comida y su
masticación. El resultado sería el de la muerte con toda seguridad.
En caso de
que todo hubiese sido perfecto: buenos alimentos ecológicos, una mesa preciosa
con buenas vistas, música agradable, alimentos bien cocinados y equilibrados,
buena masticación, sobremesa estupenda. ¿Cuál sería el resultado? Aunque esté
mal decirlo, el mismo, “muerte por envenenamiento”.
Hay otra
circunstancia curiosa en la vida, “todo el que se queda con lo que no le es
necesario, es destruido por envenenamiento”. Esto es algo que a veces cuesta
ser percibido, pero muestra bastante bien la realidad.
¿Cuál ha sido
el problema, qué causa la muerte por envenenamiento tras comer? Simplemente,
que tras una buena digestión viene la asimilación, y todo lo que no es
asimilado, necesariamente tiene que ser expulsado de nuestra individualidad.
Según mi opinión, lo que es realmente importante en una buena alimentación
(siéndolo todo), es: “cagar cuanto antes todo lo que sobra, todo lo que no hemos
asimilado”.
Comiendo
fatal, si vamos bien al servicio de forma natural y expulsamos lo que nos
sobra, para que sea utilizado por la vida, no podemos envenenarnos, porque lo
que queda es lo que somos y es lo único que no puede hacernos daño.
Si por el
contrario comemos bien y nos guardamos lo innecesario, tarde o temprano nos
envenenará.
Una buena
alimentación, no pertenece solamente al cuerpo, ninguna mente se alimenta de
bocadillos, tampoco lo hacen el corazón (emociones), ni el alma. En realidad el
único que se alimenta de comida es el cuerpo. Siendo importante la alimentación de todas estas partes de nuestro ser,
¿de qué se alimentará él (nuestro ser)?
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