Por lo que se
oye y se ve en todos los medios, ha muerto Mandela.
Parece
mentira que se refleje en todos los medios de comunicación la muerte de una
persona, que inexplicablemente ha sido premiada en vida, ha viajado y le han
recibido los dirigentes de todo el mundo, que ha sido conocido por todos, y en
su muerte, dirigentes de todo el mundo y de las diferentes ideologías, irán a sus
funerales. Es cuando menos chocante que una persona que debería haber sido
silenciada, ignorada y mantenida desconocida para todos, haya sido premiada,
recibida y nombrada en tantos círculos y medios.
¿Cómo es
posible que hayamos permitido, que una persona como esta haya estado viviendo
entre nosotros, y siendo conocida por todos?
Hemos
premiado a una persona honrada, sincera, que habiendo sido educada en un
entorno de odio entre las razas, religiones y posiciones sociales, ha sido
incapaz de aprender a odiar; le hemos encarcelado, maltratado e ignorado, ¿cuál
ha sido su respuesta?, ha mantenido que sus carceleros y él, eran y los ha tratado como iguales.
Solamente un inútil que no vale para convivir con nosotros, es capaz de tanta
ignorancia. El carcelero era blanco, él negro, uno libre, el otro preso; uno
pertenecía a la raza blanca del poder, Mandela era negro, la de los parias, en
su infinita inutilidad e ignorancia aún creía que eran iguales. Para mayor
vergüenza hemos dado honores, premios y reconocimientos a una persona que ha
sido tildada por varios medios y personas de: Ser humano, ni tan siquiera era
una persona, era un simple e inútil Ser Humano.
Donde iría nuestro mundo si
dejamos que las personas honradas y honestas convivan con nosotros, que sería
de nuestra sociedad si lo que enseñan nuestros centros de educación, de poder,
riqueza, odios, exclusividades, separación de clases, etc. es ignorado y
alguien se atreve a aprender a amar y pretende que todos seamos iguales.
Afortunadamente, incluso en el
tiempo que ha estado vivo, sus herederos políticos, sus familiares y amigos,
nos han tranquilizado, mostrándonos que solamente ha sido una oveja negra, una
mancha en la familia. Todo ha vuelto a la normalidad, de nuevo: la corrupción,
la mentira, el aparentar, han vuelto, gracias le sean dadas a Dios.
África continúa llena de
terrorismo, corrupción, violaciones, guerras entre: tribus, religiones,
riquezas, y principalmente porque está llena de personas. Todos le honran,
cuando deberían de sentirse avergonzados, de haber permitido que un ser humano
haya podido convivir con ellos, alguien que deseaba la paz, la honradez y la
convivencia de lo diferente. Afortunadamente, muchos asistirán para comprobar por
nosotros que ha muerto realmente y que de nuevo la normalidad se asentará en
África: corrupción, compraventa de armas, terrorismo de todas índoles; todo
ello pagado con las riquezas del continente y la miseria de sus ciudadanos.
Gracias le sean dadas a Dios, que tras tantos siglos de esfuerzo, hemos
conseguido que África sea como nosotros, han dejado de ser negros para ser
personas normales. Además la mayoría tienen el pelo rizado, como la lana, a
partir de ahora podremos decir que los africanos son personas como las demás,
“perfectos borregos”. Ya no está Mandela, para corromperlos y hacerlos honrados
y Hombres de paz.
La Vida ha llevado a Mandela al país de
los Seres Humanos, donde vivirá eternamente, nosotros seguiremos aquí,
viviendo la vida de las personas, o lo que es lo mismo “creemos que estamos
viviendo”.
Cuando un científico mira con un telescopio, ve los planetas, las
constelaciones. Cuando un político, un banquero, un capitalista, etc. mira por
un telescopio, ve su propio ombligo. Cuando una persona mira a través de un
telescopio, necesita unas gafas donde le hayan escrito: corrupción, terrorismo,
separación, odio, y cuanto se les enseña a las buenas personas de bien, en los
centros de enseñanza, solamente ve lo que le han escrito. Cuando un ser humano
mira de cualquier manera, ve el Amor Universal. Cuando hay un Ser Humano, no
mira, Es el Amor Universal.
Nuestra vergüenza dice que ha muerto
Mandela, lástima que a lo que hacemos le llamemos vida. "¡Gracias por estar
con nosotros Madiba!".
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