Muchas
personas se preguntan por el origen de la vida y su propósito.
Por los
escritos de los antiguos, con sus historias y leyendas, yo diría que el origen
de la vida ha sido el deseo.
En general y
de una manera u otra, es el deseo de un dios, de algo o por algo lo que origina
el universo y el hombre.
En el
cristianismo, es el deseo de dios de que Adán y Eva no comiesen de un árbol
concreto, el origen de un dios único; que al desear que el hombre no supiese
sobre el bien y el mal, origina el concepto de dualidad, o lo que es lo mismo,
“al haber un dios, implica el nacimiento de la dos mitades”. El deseo de Adán y
Eva por adquirir poder y conocimiento, igualándose a dios, es el comienzo de la
vida, su origen.
Posteriormente:
es el deseo de ayudar al pobre, el origen de la pobreza en la vida; el deseo de
ayudar al rico, origina también la pobreza; el deseo de conseguir, origina: el
sentimiento de que falta algo, la insatisfacción, el estrés y la infelicidad.
Todo deseo, origina el no vivir. Esto es lo que me asegura más firmemente en mi
idea, de que el origen de la vida es el deseo.
Siendo el
deseo el origen de la vida, cuál puede ser su propósito. Supongo que mantener
vivo el deseo en nosotros, para lo cual, su esfuerzo principal debería ser el
de que no lo consigamos, originando una insatisfacción permanente, que mantenga
el deseo y alargar su final (el de la vida), lo más posible. Si no hay deseo
significaría el final de la vida.
Es por ello
que mientras las personas buscamos la felicidad en los sitios equivocados,
tratamos al mismo tiempo de que la ventana con vistas a la Humanidad no sea
abierta.
¿Qué se ve
desde esa ventana?
El Mumonkan
dice que no hay puerta, en la Humanidad tampoco hay ventana. Pero a través de
la puerta, desde la ventana se llega y se deja de ver, la Vida.
En la Nada,
no puede existir el deseo, que la haría algo.
El Todo, ¿qué
podría desear?
El Todo,
solamente puede existir donde hay Nada. Solamente la Nada puede acoger Todo.
En ninguno de
ambos casos, existe capacidad para acoger al deseo. Es por ello que no pueden
ser origen de la vida y solamente pueden ser sinónimos o descripciones, de la
Vida Eterna y sin origen, de un Absoluto sin deseo, que simplificando llamamos:
Dios, Vida, Amor y, entre y para nosotros, Humanidad.
Por ser el deseo el origen de la vida, su
ley principal dice: “Si un solo átomo no desease mejorar o no mejorar, originaría
el fin del universo”.
Todo lo que tiene principio, tiene
final; polvo al polvo; todo vuelve al origen; así como es arriba es abajo; etc.
El deseo es el origen y es el final de
la vida, no importa el átomo, lo que debería importarnos es el deseo. ¿Quién
vive realmente, cuando desea?
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