Hemos asistido
a la claudicación de un alcalde ante los violentos, lo que puede ser un motivo
de tristeza o alegría. Para ello habría que saber la parte de violencia y la
proporción de petición y razonamiento.
Por principio
siempre rechazo al grupo que dice: “democracia es hacer lo que nosotros decimos”.
Los manifestantes solamente contemplaban un resultado, que era la retirada del
proyecto. Sabemos los manifestantes que armaban ruido y los violentos, lo que
no sabemos es cuantos burgaleses querían que se realizase el proyecto, al
parecer es algo que no le importa a los medios, “la mayoría silenciosa”,
aparentemente en nuestros días solamente vale, armar follón, quemar cosas y
atacar a las fuerzas de seguridad.
El método de
la violencia hemos visto sus resultados, “nos hemos bajado los pantalones y
solamente habrá final cuando consigan lo que quieren, siguen teniendo razón,
los asesinatos han sido justos y justificados, no tienen nada de que
arrepentirse y al final han conseguido que haya vascos que les dan la razón”. Algo
inexplicable, pero que está ahí, no hay violencia y educación adecuada, que no
consiga hacer parecer cultura y democracia, al borreguismo y criminalidad.
La democracia
para algunos catalanes es aceptar lo que ellos dicen, “hay que dejarnos votar”.
Todo lo demás no es democracia. ¿Es ilegal?, cambiemos las leyes, ¿en España
somos minoría?, hagámoslo solo en Cataluña, ¿si en Cataluña somos minoría, no
importa?, la democracia es dejarnos votar.
¿Sería
democracia que: los vecinos, los pisos, los barrios, los pueblos, las ciudades,
los miembros de una familia, que votasen por continuar como siempre, pudiesen
pagar los impuestos, vivir con las leyes, y con todos los derechos como españoles?
Esto sería
respetar el voto ciudadano y según mi opinión coherente con las soflamas
nacionalistas catalanas, respecto a democracia.
Tampoco entiendo
el por qué, en todas estas manifestaciones españolas solamente hay banderas republicanas,
o de servidor o sicario de una Rusia que no existe, que terminó con un gran número
de pobres y llegó a un estado tal de bienestar, que tuvieron que amurallar
todos los países donde dictaban, para no ser invadidos por la pobreza que les
rodeaba.
Un gobierno
de cualquier tipo no debe imponer sus opiniones o decisiones, han sido elegidos
para hacer un trabajo, con el dinero que se les entrega. Pero si tenemos que
decirles lo que tienen que hacer, más nos valdría elegir otros.
Pueden equivocarse,
y para eso, sí estamos los que les contratamos, para exigirles y para comprobar
si lo que hacen es para bien de la mayoría, incluso el beneficio de esa mayoría,
debería ser sacrificado a un daño colateral excesivo para la minoría.
Pero lo que
no debe ningún gobierno es ceder ante la violencia, y los ciudadanos no debemos
ejercerla, ni aceptarla.
¿Ha habido un
proyecto erróneo?, dialoguemos hasta alcanzar un acuerdo mayoritario, pidiendo
su opinión también a los que no arman jaleo. Pero una posición de, “no
pararemos hasta que se haga lo que yo digo”, no debe ser aceptada ni por un
gobierno, ni por el resto de los ciudadanos.
El si no
somos mayoría en Burgos, miraremos en la zona o en la calle de la intervención,
y si aún así no somos la mayoría, armaremos ruido, alboroto y violencia, hasta
que lo parezcamos, no debería ser aceptado por el resto de ciudadanos. Y estos
ciudadanos deberían ser defendidos de los violentos y de los manifestantes
alborotadores por las fuerzas de seguridad y por los gobiernos elegidos.
Lo que tienen
en común las manifestaciones organizadas en España, para apoyar la de Burgos
son: las banderas, la violencia, contra quién se protesta, las consignas y el
no dejar hacer nada.
Los ciudadanos
deberíamos estar preocupados por nosotros y por lo que están haciendo con
nuestra empresa (España), las personas que hemos puesto para dirigirla, en
lugar de entrar en una batalla de ideas, banderas, partidos o forma de estado.
Ha habido un
gobierno que ha gastado en cosas aparentemente inútiles (en razón de los
resultados), más dinero del que podría haberse tirado por una ventana en ese
tiempo. No ha creado leyes, ni nos ha protegido de los usureros, ni de los
ladrones. Nos ha dejado arruinados para muchos años con la deuda que ha
generado. Y ha venido otro, que no ha sido capaz de dar un carpetazo encima de
la mesa y arreglarlo todo mucho más de lo poco que ha hecho. Siguen sacándose
mierda cada uno a los otros, viendo la paja en el ojo ajeno.
Los ciudadanos
tenemos un carnet, el DNI; una bandera, en la que la sangre se une, para formar
unas orillas por donde fluya un río de riqueza moral, material y espiritual. Mucho
antes de que la republica diese un golpe de estado contra la monarquía, mucho
antes de que Paco mandase, mucho antes de que una república pusiese una bandera
descolorida y desteñida, teníamos la bandera que tenemos. El que sea digna o
no, no depende del trapo, ni los colores, ni de la nación o sus dirigentes, su
dignidad solo depende de la dignidad de los ciudadanos.
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