En los miles de años que el
hombre, tal como lo consideramos ahora, lleva evolucionando, no ha sido capaz
de explicar el sabor de algo, ni qué es lo que produce la felicidad cuando
vemos o vivimos una situación, no hemos podido entender cuando alguien nos
explica, a qué saben los besos de nuestra persona amada, independientemente de
que nos lo expliquen muchas veces o muchas personas. ¿Cuál sigue siendo nuestro
deseo y el origen de nuestra problemática?, saber qué es la Vida.
Cuando Jesús
alcanzó la Iluminación, cargó con el sufrimiento y los pecados del mundo.
Cuando el Buda alcanzó la Iluminación, no se descargaría de su propio
sufrimiento hasta que el último ser sintiente o no sintiente, encontrase la
eterna felicidad.
Cuando a un
Maestro zen le preguntaron acerca de la Iluminación, su respuesta fue: “cuando tengo hambre, como; cuando tengo
sueño, duermo”. Esto es todo lo que hace un ser Iluminado, según el
Maestro.
La Vida en
sus muchos años conviviendo con la creación, todavía no ha intentado enseñar
nada, pero hay que ver lo que ha aprendido. En el Tao Te King está escrito que
para alcanzar la inmortalidad y la sabiduría el secreto reside en: “ser uno con el Tao”. Es por ello que el Maestro, el Iluminado no pretende enseñar
nada, solamente acepta absolutamente
su profunda ignorancia, que es donde reside la capacidad de aprender, exactamente como
hace la Vida. Solamente la persona ignorante pretende enseñar. Cuando nuestra
mente aprende, adquiere conocimientos que nos llevan a creer que sabemos, la
Vida no tiene mente, solamente una infinita ignorancia capaz de albergar Todo
el Conocimiento, es por ello que puede albergar: estrellas, planetas, animales,
plantas y células capaces de crear todo tipo de seres, sin necesidad de
estudiar, todo ello, nacido de lo que ha ido llenando su ignorancia a través de las
vivencias, acaecidas en su seno.
La Vida, el
Maestro y el Iluminado viven en la “no
acción”, existen en el “aquí y
ahora”, lugares donde no puede nacer algo llamado equivocación.
Jesús y
Shakyamuni, sabían quienes y qué eran, nunca trabajaron, ni se esforzaron en nada, aún menos para intentar alcanzar
algo para sí mismos, ellos solamente nos enseñaron uno de los caminos para
trascender el sufrimiento, causado por nuestro propio conocimiento y explicaciones
científicas.
Es mucho más
fácil estar aquí, que estar allí. El estar normalmente en nuestras vidas
“allí”, es el origen de nuestros sufrimientos, La Vida, el Maestro y el
Iluminado solamente viven y existen
“aquí” y para más definición “ahora”.
En el “aquí y
ahora” no existe posibilidad de que nada pueda ser diferente, por eso la única
posibilidad de alimentarnos es hacerlo con lo que hay en el plato, a mí
personalmente nunca se me ha ocurrido preguntarme por qué tengo la edad que
tengo ahora, ni por qué llueve, a lo más cojo un paraguas.
Como dijo un
Maestro zen: “cuando tengo hambre, como;
cuando tengo sueño, duermo”. Es todo lo que hay que saber para alcanzar la
felicidad. Hambre-comer, sueño-dormir, vivir-morir, impermanente-eternidad,
Yin-Yang.
¿Cómo encontrar, explicar o mostrar a la
Vida?, las religiones serias, nunca lo han intentado, el único que puede
encontrar, saber o mostrar la respuesta sería la Vida y ¿Cómo hacerlo cuando la
Vida soy Yo?
Cuando el dedo del sabio señala la Luna , el ignorante solo ve el
dedo.
Somos Vida, ¿por qué la seguimos
buscando?
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