No pretendo molestaros

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Yui Shin

miércoles, 19 de febrero de 2014

EL TERCER MUNDO

          Vivimos en una sociedad, en la que las subvenciones, las ayudas y el perdón de las deudas a los partidos políticos y a los países, son imprescindibles para que pueda mantenerse el tercer mundo y la política.
          A pesar de todo, vemos a diario las migraciones  huyendo de la pobreza de ese mundo, a los países que producen las armas con las que se asesinan unos a otros, y que les venden los bienes que contribuyen a que se arruinen. Ingresando así, en los suburbios y uniéndose a los marginados de esos países.
          Personalmente soy de la opinión de retirarle al tercer mundo, todo tipo de ayudas, subvenciones y el continuar creándoles deudas. También deberían ser retirados, la mayoría de los políticos, economistas y ejércitos. 
          En lugar de ayudar y arreglar el tercer mundo, lo fácil, lo simple, sería no crearlo.
          A continuación debería de establecerse un salario unifamiliar, a nivel mundial, por ejemplo de 1000€, estableciendo unos precios acorde con este salario para todo tipo de  bienes.
Este salario sería para los obreros y para los presidentes de gobierno, la enseñanza, la sanidad, y la mayoría de las necesidades, serían ofertadas desde la empresa privada, y en cada lugar se produciría lo que le fuera más fácil y natural, donde fuera difícil producir bienes se dedicaría a la agricultura, o al turismo.
          La empresa pública necesaria sería mantenida con bonos, que serían cobrados en impuestos, una vez que se supiera el total de gastos, repartiéndolo inversamente proporcional, a los miembros que conformen cada familia, compensando así que los salarios fueran iguales. Las familias a partir de un número de miembros, no pagarían impuestos.
          La jubilación sería, a la edad que permitiera pleno empleo, la empresa sería pequeña y local, debería ganar para invertir en investigación y mejora de sus productos y una vez que tuvieran en una cuenta, el dinero suficiente para imprevistos, el dinero que superase esa cantidad sería usado para pagar los gastos públicos. Los ciudadanos tendrían la ropa de diario suficiente para poder lavarla y poder ponerse otra, ropa para festivos y ocasiones y la de trabajo. Cuando se le estropease alguna, la entregaría a la tienda para ser reciclada y compraría otra. Las casas tendrían secadoras o cuarto de secado, todos estarían acondicionados para personas con movilidad restringida, y las personas que necesitasen ayuda de cualquier tipo, sería pagada con bonos, que serían reintegrados de los impuestos una vez conocido su importe.
          Los pequeños gobiernos locales, serían aconsejados en lo cotidiano y economía por la inocencia de los niños y en lo complejo por la experiencia de los ancianos.
          Al tener todos en el banco más o menos el mismo dinero, unos bienes parecidos y un tipo de vida diferente por sus gustos, pero asequible para todos por sus bienes, no habría grandes envidias, ni frustraciones, el nivel de vida sería parecido en todo el mundo, a la política y los negocios solamente se dedicarían los que sintiesen vocación, puesto que no les daría mayores beneficios, ni ventajas, el dedicarse a estas profesiones.
          Desde luego no sería fácil cambiar a este tipo de sociedad, pero se eliminaría la necesidad de la mayoría de las drogadicciones, las explotaciones de los demás, el paro, podríamos exigir una dedicación a la actividad, para producir calidad en las personas y en los bienes, puesto que quitaríamos la ambición y el deseo de posesión, y el lucro.
          Se pondría un tope en el dinero que se podría tener en el banco para imprevistos, puesto que la mayoría de las necesidades serían accesibles desde el salario, y lo que superase esta cantidad se usaría para los gastos comunes pagados con los impuestos.
          La organización sería por comunidades y unas cámaras que relacionasen estas comunidades. Solamente habría una cantidad suficiente de políticos-gestores, y el trabajo se intentaría repartir, entre todos los ciudadanos mundiales en situación de trabajar.
          Las leyes serían las mínimas necesarias, y se dedicarían principalmente a procurar que los ciudadanos realizasen sus responsabilidades, los bienes no importaría tanto la diversidad como la calidad y la actividad principal sería el reciclaje de todo lo que no se utilizase, la conservación del planeta, la cultura y el desarrollo personal.

          Pienso que con esto terminaríamos con la delincuencia, los refugiados, la necesidad de abandonar nuestra tierra, o los problemas para hacerlo, las guerras, la pobreza, y podríamos dedicarnos a educarnos sin buscar solamente el beneficio material. Construir un futuro para el planeta y para nosotros, viviendo en un mundo de igualdad, en el que cada uno puede vivir libremente como le guste y probablemente vivir como realmente se: puede, debe y merece vivir una persona.


1 comentario:

  1. De acuerdo sólo en parte. Por supuesto, coincido en la necesidad de cuidar este planeta, nuestra Casa, lo único y lo mejor que tenemos con la que cae por ahí afuera (y, desgraciadamente, nos lo estamos cargando también aquí adentro), pero eso de ser y vivir todos iguales, y ganar lo mismo, me parece sumamente aburrido. Yo prefiero la libertad de poder conseguir el nivel de vida que mi esfuerzo y responsabilidad me permitan, tanto si es para la abundancia como para la propia ruina.

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