Vivimos en
una sociedad, en la que las subvenciones, las ayudas y el perdón de las deudas
a los partidos políticos y a los países, son imprescindibles para que pueda
mantenerse el tercer mundo y la política.
A pesar de
todo, vemos a diario las migraciones huyendo de la pobreza de ese mundo, a los
países que producen las armas con las que se asesinan unos a otros, y que les
venden los bienes que contribuyen a que se arruinen. Ingresando así, en los
suburbios y uniéndose a los marginados de esos países.
Personalmente
soy de la opinión de retirarle al tercer mundo, todo tipo de ayudas,
subvenciones y el continuar creándoles deudas. También deberían ser retirados, la
mayoría de los políticos, economistas y ejércitos.
En lugar de
ayudar y arreglar el tercer mundo, lo fácil, lo simple, sería no crearlo.
A
continuación debería de establecerse un salario unifamiliar, a nivel mundial,
por ejemplo de 1000€, estableciendo unos precios acorde con este salario para
todo tipo de bienes.
Este salario sería para los obreros y para los presidentes de gobierno, la enseñanza, la sanidad, y la mayoría de las necesidades, serían ofertadas desde la empresa privada, y en cada lugar se produciría lo que le fuera más fácil y natural, donde fuera difícil producir bienes se dedicaría a la agricultura, o al turismo.
Este salario sería para los obreros y para los presidentes de gobierno, la enseñanza, la sanidad, y la mayoría de las necesidades, serían ofertadas desde la empresa privada, y en cada lugar se produciría lo que le fuera más fácil y natural, donde fuera difícil producir bienes se dedicaría a la agricultura, o al turismo.
La empresa
pública necesaria sería mantenida con bonos, que serían cobrados en impuestos,
una vez que se supiera el total de gastos, repartiéndolo inversamente
proporcional, a los miembros que conformen cada familia, compensando así que
los salarios fueran iguales. Las familias a partir de un número de miembros, no
pagarían impuestos.
La jubilación
sería, a la edad que permitiera pleno empleo, la empresa sería pequeña y local,
debería ganar para invertir en investigación y mejora de sus productos y una vez
que tuvieran en una cuenta, el dinero suficiente para imprevistos, el dinero
que superase esa cantidad sería usado para pagar los gastos públicos. Los
ciudadanos tendrían la ropa de diario suficiente para poder lavarla y poder
ponerse otra, ropa para festivos y ocasiones y la de trabajo. Cuando se le
estropease alguna, la entregaría a la tienda para ser reciclada y compraría
otra. Las casas tendrían secadoras o cuarto de secado, todos estarían
acondicionados para personas con movilidad restringida, y las personas que necesitasen
ayuda de cualquier tipo, sería pagada con bonos, que serían reintegrados de los
impuestos una vez conocido su importe.
Los pequeños
gobiernos locales, serían aconsejados en lo cotidiano y economía por la
inocencia de los niños y en lo complejo por la experiencia de los ancianos.
Al tener
todos en el banco más o menos el mismo dinero, unos bienes parecidos y un tipo
de vida diferente por sus gustos, pero asequible para todos por sus bienes, no
habría grandes envidias, ni frustraciones, el nivel de vida sería parecido en
todo el mundo, a la política y los negocios solamente se dedicarían los que
sintiesen vocación, puesto que no les daría mayores beneficios, ni ventajas, el
dedicarse a estas profesiones.
Desde luego
no sería fácil cambiar a este tipo de sociedad, pero se eliminaría la necesidad
de la mayoría de las drogadicciones, las explotaciones de los demás, el paro,
podríamos exigir una dedicación a la actividad, para producir calidad en las
personas y en los bienes, puesto que quitaríamos la ambición y el deseo de
posesión, y el lucro.
Se pondría un
tope en el dinero que se podría tener en el banco para imprevistos, puesto que
la mayoría de las necesidades serían accesibles desde el salario, y lo que
superase esta cantidad se usaría para los gastos comunes pagados con los impuestos.
La organización
sería por comunidades y unas cámaras que relacionasen estas comunidades. Solamente
habría una cantidad suficiente de políticos-gestores, y el trabajo se intentaría
repartir, entre todos los ciudadanos mundiales en situación de trabajar.
Las leyes serían
las mínimas necesarias, y se dedicarían principalmente a procurar que los
ciudadanos realizasen sus responsabilidades, los bienes no importaría tanto la
diversidad como la calidad y la actividad principal sería el reciclaje de todo
lo que no se utilizase, la conservación del planeta, la cultura y el desarrollo
personal.
Pienso que
con esto terminaríamos con la delincuencia, los refugiados, la necesidad de
abandonar nuestra tierra, o los problemas para hacerlo, las guerras, la pobreza,
y podríamos dedicarnos a educarnos sin buscar solamente el beneficio material. Construir
un futuro para el planeta y para nosotros, viviendo en un mundo de igualdad, en
el que cada uno puede vivir libremente como le guste y probablemente vivir como
realmente se: puede, debe y merece vivir una persona.
De acuerdo sólo en parte. Por supuesto, coincido en la necesidad de cuidar este planeta, nuestra Casa, lo único y lo mejor que tenemos con la que cae por ahí afuera (y, desgraciadamente, nos lo estamos cargando también aquí adentro), pero eso de ser y vivir todos iguales, y ganar lo mismo, me parece sumamente aburrido. Yo prefiero la libertad de poder conseguir el nivel de vida que mi esfuerzo y responsabilidad me permitan, tanto si es para la abundancia como para la propia ruina.
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