Ayer escuchaba
a Rubalcaba y amigos, la posibilidad de que retornásemos a la Edad Media, debido, a las leyes que quiere implantar el Pepe.
Por una vez
estoy totalmente de acuerdo con él, sería espeluznante volver a unos tiempos en
los que:
Las leyes
castigaban, a las que no eran doncellas y a las mujeres solteras embarazadas. Muchas
de ellas por violaciones de: los señores, la nobleza, el gobierno y los
poderosos. Al igual que en nuestros días, había una mano negra que impedía que
se hiciese justicia. Esta mano negra había creado hospicios, monasterios y
lugares donde esta gente pecadora y nacida del pecado, era acogida, alimentada,
enseñada y preparada para enfrentarse de nuevo a la vida. Es verdad que hubo abusos,
que fueron posibles, por los abusos cometidos anteriormente.
Los robos y
tropelías cometidos por los poderosos y gentes afiliados al rey y la nobleza, en
el remoto caso que fueran juzgados, nunca eran condenados. En cambio cuando
eran cometidos por los contrarios, por el pueblo, incluso aunque no lo
hicieran, se les condenaba a entregar sus propiedades o a muerte.
Eran tiempos
en los que el pueblo pasaba necesidades y tenía que pagar los excesos, la buena
vida, las equivocaciones y las avaricias de los poderosos y de los gobernantes.
Afortunadamente
estas cosas no pasan en nuestros días.
Tenemos la
seguridad de que al final del juicio, encauzado por el robo del dinero de los
pobres, por medio de los ERES, todos los que hayan participado, serán
condenados, independientemente de sus cargos. No será como en la Edad Media,
que solamente serían condenados los trabajadores, los que no salieran en la
foto del partido, y alguno que pasaba por allí sin saber de que iba.
En nuestros días
no violan solamente los poderosos, puedes vivir sin casarte y tener hijos sin
que nadie te critique, y lo que es más importante, no tienes que mandar a tu
hijo a escondidas al hospicio para que lo cuide la iglesia. Puedes matarlo amparándote
en la ley.
Para qué
cambiar la enseñanza, con la que tenemos ya somos los últimos, además con la
enseñanza implantada por los socialistas, la mayoría de los catedráticos y
poseedores de plaza en la enseñanza o son amigos o tienen los carnets:
nacionalista, del SOE, o izquierda unida. Tenemos una enseñanza que ha
permitido nutrir de cachorros a ETA, de personas que ignoran su historia y sus raíces
llenas de odio y pensando en ir en dirección contraria a donde deberíamos ir
las personas, la separación, aparte de una gran cantidad cuyo nivel deja
bastante que desear; en la que se discute por la lengua o por los libros, en
lugar de por su calidad, no veo ningún motivo para cambiarla. No se si la que se ha propuesto es buena, pero debería
de preocuparnos más su calidad que de donde viene; deberíamos pensar más
nosotros y menos el carnet que nos han dado; si los españoles no sabemos
desarrollar una enseñanza que funcione, copiémosla e impartámosla en la lengua
original, preocupémonos por el conocimiento y la calidad de la enseñanza, en
lugar de por los intereses de los políticos.
Afortunadamente
ahora tenemos al Sr. Rubalcaba, que no tiene nada que ver con el que estuvo en
unos gobiernos que: malgastaron, destrozaron, arruinaron y endeudaron a los ciudadanos
españoles y nos sacará del lugar en donde nos ha metido el PP.
Dos veces ha
gobernado el PP, opino lo mismo que Rubalcaba, nunca deberían haber accedido al
poder. Si no hubiese sido por las dos ruinas causadas por el PSOE, nunca lo
habrían logrado. En el PP son presuntos: malversadores, ladrones, fachones,
financiación paralela, y en general son el diablo. El PSOE es: honrado,
honrado, honrado. Los ladrones nos han tenido que sacar dos veces, de la ruina
en que nos han metido los honrados.
Afortunadamente ahora tenemos al Sr. Rubalcaba,
al que para su tranquilidad le comunico que no volveremos a la Edad Media,
todavía estamos en ella.
Sabiendo del profundo conocimiento que
Rubalcaba tiene de la Biblia y que algunas veces la ha acotado en sus
actuaciones, me gustaría recordar, Sodoma y Gomorra, donde “Con solamente un
ciudadano justo, serían salvadas”, en nuestros días bastaría con un político
justo, para salvar a la sociedad.
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