Me acuerdo de
un chiste de Jaimito, en el que su madre le mando a recoger unas medias del
tendedero, y le gritó desde el patio, “Mama, sólo hay una”. Lo que había
observado, es que en una de las pinzas había una media, en otra no había nada.
Su
observación que cuando no hay algo preferentemente visible o al menos
perceptible, es la nada, este es el concepto de la nada que es manejado en
occidente.
Un día le
dije a un amigo albañil, que si me podía construir una casa, en una parcela, en
la que mis abuelos tenían una casa vieja y medio caída.
Era buen amigo, pero como albañil dejaba bastante que desear. A pesar de ello, lo primero que hizo fue quitar todo lo que había de la casa vieja, desescombrar, y poner la casa nueva donde no había nada. Aunque el sitio ideal para algo sea uno concreto, nunca puede ocupar un espacio donde haya algo. Es por ello que cuando queremos colocar algo en un sitio, es siempre acogida desde el amor de la nada, permitiendo ser ocupada.
Era buen amigo, pero como albañil dejaba bastante que desear. A pesar de ello, lo primero que hizo fue quitar todo lo que había de la casa vieja, desescombrar, y poner la casa nueva donde no había nada. Aunque el sitio ideal para algo sea uno concreto, nunca puede ocupar un espacio donde haya algo. Es por ello que cuando queremos colocar algo en un sitio, es siempre acogida desde el amor de la nada, permitiendo ser ocupada.
Esta visión
de la nada es la oriental, “todo cuanto existe, ocupa un lugar en la nada, y
está inmerso, rodeado o impregnado por la nada”. Sin la Nada, nada podría
existir, de la misma manera que sin quitar la casa vieja, la nueva no podría
ser construida ocupando ese lugar.
Si miras lo
que se percibe, en la ausencia de cosas es donde la nada es percibida.
Si miras
dónde existe lo que percibes, Todo existe en la Nada.
“Antes del
principio, sólo existía Dios”, dice la definición del termino Dios. Cuando quiso
hacer el universo, no había nada para observarlo, dicen las malas lenguas, que
ha sido el único ser trabajando sin corro de mirones. No tenía experiencia en
hacer cosas, era lo que se llama “el principio de todo”. Un poco, como mi amigo
el albañil y al igual que él buscó un sitio donde el amor de la Nada pudiera
acogerlo, podía haber intentado ponerlo donde hubiera otra cosa, pero incluso
para Él habría sido imposible.
Dicen que la
Nada es infinita, probablemente ha sido la razón o la consecuencia de que en
algunas religiones, el número de universos es enorme y solamente en un sitio
que la nada sea infinita, pueden ponerse todos esos universos.
La Nada es:
Amor, Vida, Aceptación y Entrega, todo ello Absoluto e Infinito.
Como Absoluto
o Todo, no puede ser observado o percibido por nada, es la razón de que el
Maestro le dijese al discípulo, “Si ves
al Buda, mátalo”, “el perro, tiene y no tiene naturaleza de Buda, porque, ¡es
Naturaleza de Buda!”. A lo que percibes o ves, le faltas tú para ser Todo.
La Vida no
puede ser entendida, no puede tener propósito, siendo Absoluta no puede ni ser
vivida.
Los científicos,
los teólogos, quieren explicar todas estas cosas, pero el único medio de vivir,
percibir o conocer realmente estas cosas o cualquier otra es “Siéndolo”, y entonces es cuando saber,
entender o vivir es imposible.
Un día que
conocí a un gran científico, surgió un cambio de opiniones sobre la ciencia y
sus posibilidades de hacernos conocer la vida. Miré en Internet, una de las
integrales no resueltas, y se la pregunté, no pudo resolverla. Entonces le tocó
preguntarme a mí que no tengo estudios, ¿qué hizo?, hacerme la misma pregunta,
mi respuesta, “Resultado final, resultado total y total”, tres respuestas que
no pudo decir que fuesen incorrectas. En la Vida no hay que saber lo que es o
lo que no es, no hay que vivirla, no hay que conocerla, “Yo soy el resultado
final, porque soy Vida”, “Soy el resultado total, porque siendo Todo, vivo en
la Nada, y no puedo ver o percibir, ni a mí mismo, ni algo fuera o dentro de mí,
el dentro y fuera no tienen existencia en el Absoluto”.
En los Sutras nos hablan: del Vacío, de la
Nada, cuando entendemos que es la ausencia de . . ., es natural que nos
produzca rechazo. Pero en los Sutras, es el Amor de un Vacío el que acoge Todo
indiscriminadamente, es el Amor Infinito, la Vida Infinita que se entrega
indiscriminadamente a Todo. Y en su infinita compasión sigue siendo Vacío.
Cuando vemos
una botella vacía, generalmente está llena de aire, al no ser visto o percibido
y aceptarlo como nada, nos crea una actitud para percibir la vida parecida a la
de santo Tomas, queremos meter la mano en la herida para convencernos de la
realidad. No obstante la botella vacía estará eternamente llena de aire. La vida
no se ve cuando se vive, se vive cuando se es Vida.
Muy bonita reflexión y sobre todo acertada. Ahí donde vemos nada siempre hay algo
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