Hay palabras
antiguas y que hoy día están en desuso, que independientemente de su tipografía
o color, quedan bien en cualquier pancarta o mitin. De alguna manera y a pesar de
que no las conocemos y si las conocemos no sabemos su significado, al leerlas u
oírlas nos conmueven algo de nuestro interior. Probablemente, al ser palabras,
que fuera de los mítines y pancartas donde las ponen los publicistas, no se conocen
o usan.
Al ser tan anticuadas, podría ser algo genético, digo yo.
Al ser tan anticuadas, podría ser algo genético, digo yo.
Personalmente
pienso que a los políticos, sindicalistas y paseantes de pancartas en general,
debería de exigírseles, un cursillo de capacitación de los sindicatos o algo
parecido, de cuatro o cinco años, acerca de esas palabras, al menos que
supiesen su significado de diccionario.
Mi Maestro
nos contaba historias antiguas acerca de Buda, los Sutras y cosas de estos
temas, en las cuales salían estas palabras, por más que le pregunté acerca de
su significado, nunca me lo explicó. No se si quiso hacer un koan, o es que no
le entendí, pero lo único que me dijo fue: “Si
lo pides, no sabes lo que es; si te lo dan, te han engañado y no lo sabrás
usar; si lo tienes, no lo sabes, por lo que no lo pides, ni lo das; son cosas a
las que te entregas, no que las tienes, posees o usas”.
Nos acercamos
a las elecciones europeas, hay quien promete que hará de Europa, una nueva
Andalucía, o una economía tan fuerte como la que consiguieron en España.
Otros prometen
una democracia bipartidista, igual que la que han conseguido en los países en
los que han tenido el honor de servir, todos los que tengan carnet del partido
tendrán oficina en el parlamento y la oposición en la cárcel.
Otros, que harán
lo que no han sabido hacer hasta ahora.
Afortunadamente
estamos salvados, tenemos a los pancarteros viajeros. Han pedido dignidad, para
ser como los partidos políticos, los banqueros, los sindicatos o los portadores
de carnets: No pagar las deudas, vivir subvencionados, y todo en mesa libre. Con
ello, otra cosa no, pero los bolsillos llenos de “dignidad” .....
Que no
tenemos vivienda, nos metemos en una del PP; que no tenemos dinero, nos
llevamos un carro de compra de un supermercado; que no hay trabajo, que nos den
dinero para vivir. Algún día y gracias a estos maravillosos ciudadanos, podré
explicarle a mi Maestro el significado de aquellas palabras de las historias
antiguas: Amor, dignidad, responsabilidad, dedicación, compasión, entrega, en
fin un montón.
Teniendo las
columnas de manifestantes del Sur tan cerca: a la Junta, al gobierno que tras
tantos años los tiene en la cumbre del paro y la subvención, con la falta de
dinero que hay en España, podrían haberse manifestado en casa.
Los del
Norte, con el sistema de enseñanza, los asesinos terroristas en el gobierno y
andando por las calles tranquilamente, y lo que tienen en casa, para qué arreglar fuera primero.
Por otras
zonas, cuando para decidir acerca de las elecciones europeas, en
la reunión de los independentistas, comenzaron a gritar: Más, Más, Más, …… el
presidente lo dejó claro, “¡he empobrecido a los ciudadanos, no puedo darle
menos a España, repartiré la subvenciones europeas, pero de lo mío, ni un céntimo!”.
Además les ha dado confianza tras la independencia: “Al no tener que dar para
los españoles, ni los europeos, seguiremos cobrando lo mismo o más. Los ciudadanos
tienen asegurado su bienestar, ni España, ni Europa, permitirán que se mueran
de hambre y en última instancia tienen a Caritas”.
Bueno, como
veis, no tengo ni idea del significado de “vivir con dignidad”. Pero me gustaría
que:
Los de
izquierdas protestasen: por la democracia ofrecida al Tíbet y Ucrania; en Cuba, Corea del Norte, o en sitios donde, aún
sabiendo que es imposible mejorarlo, al menos lo intentasen.
Que investigasen
los suicidios masivos, en los que Lenin y Stalin, en su infinita misericordia, se
vieron obligados a intervenir proporcionando las armas y soldados necesarios y sin cobrar, debido a la pobreza de los suicidas para comprar
armas y balas y la imposibilidad de limpiar el sitio después.
La ruina y
pobreza de los ciudadanos, en todos los países en los que han tenido el poder, así como la dignidad y democracia de sus vidas.
Los que piden
que alguien les cree un puesto de trabajo, protestasen: en la puerta de los
parados, ofreciéndose a ser emprendedores y recolectando dinero para crear
cooperativas.
Que los
sindicalistas: recuperasen el dinero malgastado de subvenciones, cursos, ERES,
y tantos millones de euros desaparecidos, creando empresas y puestos de
trabajo, para entregárselos a los obreros.
Que los
sindicatos e izquierdas que protestan, por la labor de la seguridad en las
fronteras y manifestaciones, ofrezcan sus “Piquetes informativos”, para dichas
labores. Probablemente convencerían a los inmigrantes con su afabilidad,
democracia y empatía; con lo que sin violencia, no entraría ninguno.
La dignidad no se tiene, no se puede dar,
es inútil pedirla, cuando vives con ella, cuando te has entregado a ella, todos
estos movimientos, líos, pensar con un carnet, obligar a los demás a hacer lo
que tu no puedes, sabes o quieres, no llegarían ni a semilla.
“Sácate la viga del ojo, y limpia el
ojo del vecino sin ver la mota, como Jesús los pies de los inocentes”.
"Amor, dignidad, responsabilidad, dedicación, compasión, entrega, en fin un montón". Palabras sabias desde el Amor nacen todas las otras virtudes.
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