No pretendo molestaros

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Yui Shin

viernes, 11 de abril de 2014

A MI MADRE

          Ha sido con la persona que más he podido discutir en mi vida, a la que he visto llorar con más frecuencia; una de las personas, que dando y buscando amor, nunca aprendió a quererse; que intentando ayudar y hacer otras labores, dejo su vida sin ser vivida.
          Pero ella vivió su propia vida libremente, quizás no como ella creía merecer, seguro que no como yo creía se merecía, pero ella sin saberlo la estuvo construyendo, para ser lo que ella era.
          Entonces, todavía creía que se le puede explicar a una persona algo, y le podías cambiar la vida. Pensaba que algo puede ser enseñado, y machaconamente, intenté que comprendiera, que cambiar la vida, no es cambiar a los demás por mucha razón que tengas. Cambiar la vida, es simplemente quererte lo suficiente, para encontrar el sitio desde donde la puedas vivir.
          En estos intentos, durante años y años nunca pudimos conversar. Es quizás en estas batallas donde comprendí la imposibilidad de enseñar nada, que la Vida, Dios, nos hicieron libres, porque sabían que nuestras vidas dependen de lo que aprendamos, Ellos no podían enseñar.
          Tuve que ir a recorrer mundo, y un día tuve que venir a hablar con ella. Fueron cuatro días, en los cuales no me separé de su lado; gracias a la vida en el templo, podía dormir y descansar en un sillón y hablar con ella cuando la medicación se lo permitía. Ha sido, la única vez que no hemos parado de hablar, yo había aprendido que no se puede enseñar y ella con el cuerpo casi volando en espacios infinitos, por primera vez hablaba como una persona viviendo y ejerciendo su responsabilidad de libertad. Nos llevamos su cuerpo del hospital, lo incineramos y nos fuimos a vivir la vida juntos, como siempre lo habíamos hecho incluso en la lejanía.
          Este fue mi poema de juventud para ella.

       PERDIDO     (10 - II - 71)
 ¿¡Madre dónde estás . . . !?.                              ¿Por qué?, tú que me trajiste
¿¡dónde estás !, que no te veo?.                       no quieres darme consuelo,
¡¡¡¡Mamaaaaaa!!!!!                                              ¿no ves sólo preguntas, 
¿por qué no vienes a mi encuentro?,                 en este llamamiento?,
¿¡no ves que estoy cerca !?,                              ¿no ves que no se que hacer?,
¿¡no sabes que te espero!?                               ¿no ves que me pierdo?,
¿por qué no me ayudas                                      ¿¡por qué no llamas
en este mundo hechicero?,                                 a mi corazón abierto!?,
Que me arranca un trozo de alma                       que sabes que sólo quiere
por cada cosa que obtengo,                               que sepamos comprendernos,
pues aunque le diga que se vaya,                      ¿por qué no me ayudas?,
sólo de pensarlo muero.                                     Si sabes, que solo no puedo,
                                                                              entre el ser y el no ser,
                                                                              saber lo que quiero.
                                                                             ¿¡Madre donde estás!?.
                                                                             ¿¡Donde estás, que no te veo!?.




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