No pretendo molestaros

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Yui Shin

jueves, 10 de abril de 2014

MIRANDO EL PASADO

          A veces cuesta entender, cómo hemos podido estar todos estos años leyendo libros y frases escritos hace miles de años y todavía nos cuesta aceptar, una cosa tan simple como la dualidad.
          La mayoría de las frases y conceptos que solemos leer y escribir, en nuestros días, contradicen las teorías o enseñanzas de los Maestros antiguos: Tao Te King, Yin-Yang, el Espíritu del Cristianismo, del Budismo; muchos de los pensamientos de: los indios americanos, los aborígenes australianos, aztecas, egipcios, muchas culturas antiguas que nos hablaban de las relaciones:
entre la creación y su creador, la naturaleza y el hombre y la relaciones entre nosotros y en muchos de sus pensamientos se, entreveía una ruptura de la dualidad funcional. La ruptura de la dualidad de oriente, es simplemente la negación de su existencia como realidad.
          Los dos aspectos que a mi parecer son más difíciles de aceptar son: la dualidad amor-indiferencia y la de Vida-Muerte.
          Lo que hay que tener en cuenta, es que el concepto del mundo real en oriente, es en cuanto a Seidad de las diferentes individualidades. La individualidad Amor como existencia real y como concepto de individualidad absoluta, está integrada por: una mitad Yang, que es el amor como sentimiento, que necesita quien ama y el objeto de ese amor; y la mitad Yin, que es el opuesto y polaridad negativa, representado por la indiferencia para mí y el odio o el desamor para otros muchos.
Mientras el sentimiento de amor, no debería rechazar la indiferencia, sino aceptarla con su propia naturaleza esto es: amor. La mitad Yin, es la que no puede crear, aceptar, sentir o concebir, no solamente el sentimiento de amor, sino los de odio o desamor. Es por ello que la indiferencia es, donde habita el amor, hasta el momento de manifestarse. Una vez que se manifiestan, si se puede transcender la dualidad, comienza a manifestarse el Amor, donde las dos mitades: viven, conviven y existen exclusivamente como Amor, sin poder manifestarse, al no haber dualidad, no haber sujeto, ni objeto, para experimentar la manifestación.
El concepto de vida-muerte, es experimentado en la dualidad, pero no puede manifestarse en la Unidad, el Uno, el Todo.
La Vida es la unión de ambos conceptos, ellos forman sus dos mitades inseparables, indiferenciables en esa realidad que nos hablan los Maestros por ser: Vida Absoluta.
Su Eternidad, es la capacidad de manifestarse al unísono en los dos aspectos, muriendo y naciendo al unísono, sin diferenciación entre ambos, manifestándose como Vida. Porque es la única forma de no crear pasado, no tener futuro, sino un constante y eterno Presente.
Nuestro sufrimiento como decía el Buda, nace de esta ignorancia. Cargados de deseos, pasado, incertidumbre con un futuro que no podemos ver, tratando de estar continuamente en otro sitio, ser diferentes nosotros y el entorno, y sin poder vivir en el único momento en el que están transcurriendo nuestras vidas, en el presente, Ahora.
No es una cuestión de: rechazar o aceptar la muerte, mirarla como enemiga de la vida, o tenerle miedo. Continuamente se va nuestro pasado, para que pueda nacer nuestro presente.

La sabiduría de la Vida que nos ha creado desde una simple célula, es el conocimiento de tantas y tantas, muertes y nacimientos, que han permitido, que lo que muere pueda vivir eternamente siendo Vida.


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