Es en la
simpleza del color blanco, donde se esconden los colores del arco iris, que nos
son mostrados, cuando atraviesa el colorido mundo de las emociones, en forma de
agua.
Es el color
de la pureza y de la Vida, y guarda en su interior, el ser el color de la
Muerte en muchos países y culturas, y los colores del sufrimiento, en la
dualidad de su simbología.
El Dios
Absoluto, guarda en su interior a los 7 Elohim, constructores de los Universos,
los cuales, al igual que los colores, no pueden ser sino, un reflejo, un
pensamiento del blanco o de
Dios. A diario nos vemos en el espejo, y por muy real e igual que parezca la imagen, sabemos que solamente es un sueño, un reflejo de lo que nosotros somos. Como decía Hui Neng: “No hay un árbol de Bodhi, Ni base para un espejo brillante….”, porque la Realidad es el Vacío. Aún así en nuestra realidad en el mundo dual, tenemos que batallar con las imágenes, los colores y los Elohim. Es nuestro mundo de la forma.
Dios. A diario nos vemos en el espejo, y por muy real e igual que parezca la imagen, sabemos que solamente es un sueño, un reflejo de lo que nosotros somos. Como decía Hui Neng: “No hay un árbol de Bodhi, Ni base para un espejo brillante….”, porque la Realidad es el Vacío. Aún así en nuestra realidad en el mundo dual, tenemos que batallar con las imágenes, los colores y los Elohim. Es nuestro mundo de la forma.
Esto podría
llevarnos a la conclusión de que es diferente en el mundo de la No Forma, del
Vacío, la Nada.
El Buda
Absoluto, la Nada Absoluta, esconde en su interior a los siete Budas del
pasado, al Buda del futuro, el futuro de una Eternidad, el mundo de las 10.000
formas, cada una siendo Buda, los infinitos Budas de los infinitos universos.
Dentro de lo
que nosotros vemos en el espejo, que según Daikan Enō, no puede existir, hemos
encontrado un mundo para lo inexplicable, lo inexistente y sobre todo para
nuestro sufrimiento.
Hemos creado
un mundo con nuestra mente, una mente, que es un simple ordenador, que apenas
lleva unos miles de millones de años desarrollándose. Lo único que sabe hacer
es: “analizar o comparar, lo que percibimos o aquello que no percibimos”. Algo que
estamos desarrollando, para luego, esforzarnos en meditar para pararla. Es un
mundo de locos.
Dentro del
montón de tipos de mentes que podríamos encontrar, la más simple y primitiva, es
la que estamos desarrollando nosotros, que es la que controla nuestra vida en
el mundo dual.
Haciendo una
comparativa con nuestra ciencia, podríamos decir que sería, mandar una nave a
los confines del universo, controlada por un bolígrafo y sin papel, podría
llegar pero probablemente tendría más que ver con Dios, que por el bolígrafo.
La genética
es una simple recopilación de datos, escritos en un código probablemente
binario (Yin, Yang), por medio de un programa de una mente, que desde luego la
nuestra no puede leer. En el tiempo que se ha estado desarrollando, la capacidad
de información, manejo de datos, el programador (neuronal), y las tarjetas, han
mejorado mucho, pero para leer el código genético, hay que llegar más allá de
la mente del alma.
Al igual que
nosotros podemos escribir en: “el agua, arena, papel, piedra, memoria, en y por
muchos medios. La Vida, también escribe en: “memorización por medio de nuestra
grandiosa mente; creatividad con la mente de las musas; afectividad de la mente
emocional; intuitiva por medio de la mente del alma; genética que es la
confluencia de lo escrito en piedra por las otras mentes; de momento no se me
ocurren más, así es que paso a la última. La Mente de la Nada, que no sabe
escribir, ni puede pensar, ¿Cómo va a pensar algo que es Nada?, por supuesto
que tampoco puede tener una Mente. En la Nada al igual que en el blanco, Dios o
el Buda, hay en su interior la potencialidad de Todo, es por ello que la Mente
no llega a producir el pensamiento, cuando ya se ha manifestado en el interior de
la Nada. A pesar de todo, ella, al igual que el blanco, cuando las gotas de
agua se convierten en luz, sigue siendo Nada.
La Vida
solamente tiene esa forma de poder actuar, es por lo que hace un montón de células
individuales, para construir uno de nosotros, nunca sabemos lo que hacen
las células, ni si nacen o mueren, ni lo que somos, solamente, son lo que
nosotros somos.
Hemos inventado los barcos multicasco, con compartimentos
estancos, para evitar que se hundan. La Vida desde el principio, ha creado
pequeñas individualidades, integradas en otra individualidad más grande, mismo
sistema que el de esos barcos. La ventaja de la Vida es, que ella ha dotado a todas
las individualidades, con la vida y la muerte en cada una de ellas. Cuando una
de las individualidades pierde la vida, le queda siempre la muerte,
irremediablemente y al estar solamente ella, cuando se muere, siempre renace la
Vida.
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