El error más común de los
humanos, es querer, pretender encontrar y saber la explicación de todo. Buscamos
la explicación de la Realidad, de la Verdad, de Dios, de la Vida e incluso, nos
gustaría encontrar una explicación para el deseo de riqueza y de poder, algo
que por muy real que nos parezca, tampoco podremos llevarnos al llegar a
nuestra indefectible meta.
Las religiones
nos sitúan en un comienzo que va más allá de la dualidad, en la trinidad de: un
creador, creación y el conocimiento, relación o percepción entre ambos.
Nuestros ideales
son de un mundo que queremos: conocer, percibir, controlar y regular su
funcionamiento por medio de leyes. No somos capaces de encontrar la unión entre
la Vida y la vida manifestada, ¿Cómo podríamos saber de ella, si no fuéramos
parte de su manifestación?, ¿Cuál sería su posibilidad de evolución, sin
manifestarse?
En nuestra
aceptación, de ser la forma superior en el que la vida puede manifestarse, no
solamente hemos mostrado esa superioridad con el resto de la creación, incluso
estamos seguros de que somos superiores al resto de los humanos, cada uno es
superior a los demás. Puede percibir la realidad, la Vida, su mente está a un
nivel superior de evolución y por supuesto los demás no pueden comprender la
realidad.
Ante la
seguridad de que los Maestros antiguos, no podían saber mucho y que no podían
entender la Vida, al carecer de: microscopios, naves estelares, científicos que
le explicaran el funcionamiento y la naturaleza de la vida, y de estudios
universitarios, y de medicina, en cuanto la salud física y mental, hemos tenido
que fiarnos de la mente, que es la cumbre de la evolución.
Cuál es el máximo
de nuestra búsqueda: saber lo que somos, conocer la naturaleza de la Vida,
entender a Dios y su Creación, encontrar la explicación de las: metas,
objetivos, y propósitos de la Vida y Dios. Es para ello para lo que hemos sido
dotados de una mente prodigiosa, que ha costado millones de años de desarrollo.
Intentamos encontrar
y establecer por orden de importancia, los diferentes aspectos de la vida, en
la vieja historia tras una larga discusión y no llegar a un acuerdo, al
cerrarse un agujero, "el ano", murieron todos los órganos importantes.
Queremos encontrar
una nada, donde no halla conflicto y solamente se pueda vivir en paz. Vaciar la
Mente para los Maestros antiguos, y silenciarla, no se trataba de callarla o
sacar de ella todo lo que había, sino al no darla en que pensar por ser Uno con
nuestro entorno y nosotros mismos, se aquietase de tal manera, que parase de analizar
y comparar el por qué de una actividad o inactividad. Que no estuviese vacía de
algo, sino llena de aceptación de Todo. Pero qué sabrían aquellos pobres
ignorantes.
Queremos vivir
en un mundo de paz, justicia y amor por todo, y nos pasamos la vida, luchando
con todos los que piensan diferente a nosotros, con todos los que no aceptan
las cosas que nosotros queremos, que no ven la vida maravillosa que nosotros
percibimos, y con todas las instituciones que no explican, hacen, y ven la vida
como nosotros.
Siendo todo
esto decepcionante, personalmente lo que más me decepciona es, el ver la
confianza que tenemos en una mente, que no tiene nada que ver con la Mente de
la que nos hablan los Maestros. Una mente que ha nacido, percibe y vive
exclusivamente en la dualidad, es la que nos ha llevado a equivocar los
conceptos de los que hablan las escrituras antiguas, a querer encontrar no las
cosas sino su explicación, a entender las palabras, más que el espíritu de lo
que vivimos y leemos.
Los Maestros nos hablan de:
Un Vacío donde vive y se manifiesta el
Todo, por su Infinita Naturaleza de Aceptación.
Una Vida que es Absoluta, con todo lo
que esta palabra significa, “ABSOLUTA”, que no puede tener ningún propósito porque
no es que se manifieste en todo, “ES TODO”. No puede haber dualidad, por lo que
no podemos: separar el bien y el mal, conocimiento de ignorancia, sueño de
vigilia, espíritu y materia. Porque nosotros vivimos en esa separación, vivimos
en la irrealidad, en la dualidad y en una vida de alegría y sufrimiento. La
Vida como enseñan los Maestros es Absoluta, por tanto los únicos sentimientos
que viven en ella son: Amor y su hija la Felicidad, porque son los únicos
sentimientos que Son Vida.
No hay mejor maestro que la Vida misma. Saludos
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